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A las 19:10 de ayer, Jonathan Nicolás Barúa Chamorro (23), encargado del Centro de Comando del Centro de Reinserción Social de Minga Guazú a la hora de la fuga de ocho reos, en lugar de controlar las cámaras, miraba su celular.
Luego se levantó, fue a otro lugar y retornó con un espejo, un elemento que utilizó desde las 19:12 hasta las 19:17, según el horario marcado en el circuito cerrado.

Después de cinco minutos de ver su reflejo, dejó el espejo, fue a otro lugar y volvió a sentarse para tocarse el rostro.
Todo esto ocurría a la hora estimada de la fuga de ocho personas privadas de su libertad. El joven, junto con otros guardiacárceles, fue detenido bajo la sospecha de complicidad. Entre los prófugos fue recapturado uno: Fredy González Delvalle.
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Postura del Ministerio de Justicia
Sobre el caso, el ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, aseguró que llegará “hasta donde sea necesario” en las investigaciones y sanciones.
También mencionó que empiezan por todos los funcionarios inicialmente implicados, pero sostuvo que irán “hasta arriba”.
“Una burda entrega fue esto”, enfatizó y también comentó que las imágenes de circuito cerrado revelan que un agente penitenciario entregó una especie de llave a un reo y luego se retiró de su puesto de vigilancia.
De momento, siguen prófugos: Wilson Rotela, Juan Valentín Insfrán, Blas Pablo Melgarejo, Derlis Ramón Giménez, Fernando José Aquino, Marcio Quadra Galeano y Anderson Queiroz de Freitas.
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