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En la madrugada del domingo 23 de febrero, efectivos de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) con apoyo de militares interceptaron un convoy compuesto de nueve vehículos repletos de marihuana prensada en las inmediaciones de un puerto clandestino cerca del río Piratiy, de Saltos del Guairá.
El cargamento de droga aparentemente propiedad del capo narco Felipe Santiago Acosta Riveros, alias Macho, tenía un peso total de 14.200 kilos y supuestamente partió de la zona de Brítez Cue, hizo un recorrido de 160 kilómetros hasta que fue interceptado en el momento en que llegaba a orillas del afluente del río Paraná, para ser llevado hacia el lado brasileño en enormes lanchas.
Un dato relevante del procedimiento es que no hubo detenidos, ya que supuestamente en cada vehículo solo había una persona y estas al notar la presencia de los uniformados salieron corriendo en medio de la oscuridad, algunas se internaron en una zona boscosa y otras se tiraron al agua.
Los nueve vehículos que transportaban la carga sin disimulo pasaron en caravana frente a once comisarías, sin levantar las sospechas de los agentes que a esa hora estaban de guardia en sus respectivas unidades. Es más, los mismos agentes antidrogas que efectuaron el procedimiento filmaron el paso del convoy frente a las sedes policiales.
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Tras el escándalo y para alivianar las críticas sobre el control o el grado de la complicidad de algunos policías con actividades de Macho en la región, el director de Policía de Canindeyú, comisario general inspector Rafael González, ordenó la destitución de los once jefes que en ese momento estaban de guardia en las sedes policiales y solicitó la apertura de una investigación sobre el hecho en la dirección de Asuntos Internos.
En el marco de esa pesquisa, a tempranas horas del viernes último seis investigadores de Asuntos Internos encabezados por el director de la unidad, el comisario general Ángel Franco, intervinieron el Puesto Policial número 3 de Yby Pytá, la Subcomisaría 24ª de Brítez Cue, el Puesto Policial número 4 de Naranjito y la subcomisaría número 11 de Santo Domingo. La comitiva también llegó a la sucomisaría 15ª de Yhovy, la comisaría 9ª de Anahi, la subcomisaría 2ª de Cruce Carumbey, la comisaría 7ª de Katueté, la comisaría 8ª de Puente Kyha, la comisaría 2ª de La Paloma y el Puesto Policial número 1, que está casi en la entrada a la ciudad de Saltos del Guairá, por donde necesariamente deben pasar todo lo que entra y sale de la capital del departamento de Canindeyú.
El comisario general Franco confirmó que se incautaron los libros de novedades de cada una de estas dependencias, ya que en ellas deben estar anotadas quién era el jefe de turno en el momento del paso de la caravana, quiénes eran los que estaban de guardia y qué actividad estaban cumpliendo en ese momento.
También levantaron algunos testimonios y consiguieron imágenes de circuito cerrado sobre el paso de algunos vehículos frente a estas unidades policiales que se presume formaban parte de la narcocaravana de Macho. Todos los elementos incautados o recolectados serán verificados minuciosamente durante esta semana, ya que se tiene un periodo de 90 días para presentar un informe al fiscal interno de la Policia y este, a su vez, cuenta con un plazo de dos meses para presentar imputación ante un juez instructor de la dirección de Justicia Policial.
Pese a que los organismos de seguridad reforzaron su presencia en la zona alta de Canindeyú, el capo narco Macho sigue manejando a su antojo la región. Produce y acopia enormes cantidades de marihuana, que luego envía hacia el lado brasileño en vehículo y a bordo de potentes lanchas por el río Paraná, sin llamar la atención de los marinos de la Prefectura Naval local.
Otras fuentes señalaron que Macho cuenta con pistas clandestinas protegidas por comunidades indígenas en la zona de Yby Pytã, donde bajan naves cargadas con cocaína, que luego es enviada al Brasil oculta en doble fondo de pequeños vehículos, lo que genera ilimitados recursos a la estructura criminal para manejar a su antojo toda la región.
