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En la madrugada del martes, el dirigente social Nelson Alvarenga y Mirna González, su esposa, se encontraban dentro de su hogar, en Luque cuando escucharon un disparo que impactó en la pared. Al parecer, el disparo provino de una escopeta, cuyos perdigones también dejaron rastros en el tronco de un árbol y el techo de su vehículo, según relato del dirigente.
Las cámaras de seguridad ubicadas en la esquina de su casa captaron a dos hombres en una moto a cara descubierta pasando frente a su domicilio. Al regresar, realizaron un disparo con la moto en marcha. Afortunadamente, los perdigones no lograron atravesar la pared, y las víctimas del supuesto atentado no sufrieron daños físicos. Alvarenga y su esposa no identificaron a los individuos.
Agentes policiales de la Comisaría N.º 37 de Yukyry, Areguá, junto con el departamento de Criminalística, acudieron para recoger evidencias. El fiscal Jorge Escobar de la Unidad 2 de Luque está a cargo de la investigación.
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Sospechoso del atentado
El dirigente social Alvarenga reveló que previamente había recibido amenazas de muerte por parte de un exmiembro de la comunidad, debido a conflictos vinculados a su negativa a aceptar las normas de convivencia, derivadas de diferencias ideológicas.
El dirigente comenta que la persona responsable ya no reside en el barrio y asegura que desde el principio, este individuo intentó fomentar divisiones para perturbar “el equilibrio del grupo”. “Las autoridades se encargarán de hacer justicia”, afirmó el dirigente. Expresó su preocupación por la seguridad propia, la del barrio y la de su familia.
Hace tres años, Alvarenga fundó el barrio cerrado San José Obrero, ubicado en la séptima compañía de Ita Angu´a en Luque. A través de gestiones en la municipalidad de Luque, adquirió un terreno social y se propuso crear una comunidad que actualmente alberga a 60 familias, con servicios de agua, electricidad y planes de expansión.
“Queremos implementar servicios de recolección, construir una escuela, una plaza, mejorar las calles, pero esto se logra mediante el trabajo colaborativo, no estoy de acuerdo con asistencialismo total. Cada individuo debe esforzarse por vivir en un entorno habitable para sí mismo y para los demás. Cada líder debe establecer su propia comunidad”, enfatizó Alvarenga.
Alega que es común que existan conflictos en un grupo organizado pero que este tipo de hechos que pone en peligro amenaza el avance que puede llegar a tener este modelo colaborativo de territorio social. Actualmente se encuentran en proceso de regularización del territorio.