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Los ministros Luis María Benítez Riera y María Carolina Llanes Ocampos dieron sus votos para declarar inadmisible el recurso extraordinario de casación, interpuesto por las defensoras públicas Olga Marina Recalde y Thamara Carolina Guanes Moreno, quienes ejercen las defensas de Gladys Andrea Garay y Carlos Ferreira, respectivamente, contra la confirmación de su pena. A su vez, el ministro Manuel Dejesús Ramírez Cándia, votó por la admisibilidad del recurso interpuesto por las defensoras públicas.
Las defensas recurrieron el acuerdo y sentencia N° 204 del 15 de octubre de 2021, a través del cual un Tribunal de Apelación de la circunscripción judicial de Central confirmó la condena de 30 años de cárcel para Garay y Ferreira.
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Ambas defensoras públicas señalaron como agravios que la resolución del Tribunal de Apelación estaba viciada, pues no estaba debidamente fundamentada, como dicta la ley.
Sin embargo, el preopinante Benítez Riera señaló que el recurrente pretende un nuevo análisis de la resolución sin que haya indicado en qué consiste el vicio cometido en segunda instancia, por ende, votó por la inadmisibilidad de la casación.
A este voto se adhirió Llanes, quien argumentó: “La exigencia normativa obliga a que el casacionista deba indicar clara y concretamente en qué consiste las razones por las que la sentencia recurrida es manifiestamente infundada”.
Para Ramírez Candia era clara la falta de fundamentación y por eso votó para que se admita el recurso.
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“Viuda negra” simuló un asalto para matar a su marido
De acuerdo con lo que se pudo probar en el juicio oral y público, el asesinato fue planeado nada menos que por la propia esposa de la víctima, la enfermera Gladys Andrea Garay, cuando entonces tenía 43 años. Esta, despertó en la madrugada del 26 de mayo de 2017 a su esposo Juan Antonio López Cantero para pedirle que saliera al patio a revisar, porque supuestamente había “ruidos extraños”.
Cuando el dueño de casa salió, fue neutralizado con una picana eléctrica por su amigo y colega mecánico Carlos Ramón Ferreira Cristaldo, en ese entonces de 44 años, quien según se supo después, mantenía una relación clandestina con Gladys Garay.
Cuando Juan Antonio López Cantero cayó al suelo, el sicario Joel Esteban Servián Leite (condenado a 28 años de cárcel en otro juicio) lo degolló con un bisturí proporcionado por la esposa de la víctima. Luego de asegurarse de que su esposo estaba muerto, la mujer llamó a la Policía y dijo que fueron asaltados en su casa.
Incluso, en un momento de la intervención fingió un desmayo mientras se hacía el levantamiento del cadáver.
La fiscala María José Pérez, 48 horas después, descubrió la trama y ordenó la detención de la mujer.
El amante de esta por su parte, Carlos Ramón Ferreira Cristaldo, fue detenido una semana después del homicidio y reveló el nombre del sicario que posteriormente fue condenado, ya que ambos eran vecinos en Lambaré.
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Condenada pretendía cobrar seguro de vida
Así, en menos de un mes, el brutal asesinato ya estaba prácticamente resuelto, ya que el propio sicario contó que se reunió previamente con la “viuda negra” y el amante de ella. Además, refirió haber cobrado solamente G. 500.000 de los G. 5 millones que le prometieron por el “trabajo”.
El sicario Servián Leite debía recibir el resto del dinero luego de que la viuda cobrara un seguro de vida que había contratado un mes antes para su marido.
La enfermera Gladys Andrea Garay tenía que cobrar G. 300 millones por la muerte de su esposo Juan Antonio López Cantero. Pero si este fallecía de manera violenta, tal como ocurrió, su mujer tenía que recibir nada menos que G. 600 millones.
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Obviamente, al comprobarse que ella ideó y participó del crimen, no cobró el seguro, como sí lo hizo dos años antes cuando recibió G. 50 millones por la también llamativa muerte de su entonces esposo, Gerardo Ramón Ferreira Delvalle, de 51 años, ocurrida el Jueves Santo 2 de abril de 2015.
La “viuda negra” Gladys Andrea Garay y su amante Carlos Ramón Ferreira Cristaldo ya habían sido sentenciados el 10 de marzo pasado a 30 años de cárcel.