Y vos, ¿te animarías a tener un emprendimiento de reciclados?

Con un vaso largo y fino podés disfrutar de una caipi; asimismo, no puede faltar el recipiente grande para degustar la cerveza bien fría. Verónica Ortiz y Jéssica Vázquez (24) reciclan botellas de vidrio y las convierten en vasos personalizados.

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“El reciclado forma parte de un nuevo estilo de vida, se utiliza para muchas cosas. Nuestra materia prima son las botellas de vidrio, un producto que siempre se encuentra”, dicen las emprendedoras. Ambas decidieron vender vasos personalizados, pues necesitaban un ingreso económico para pagar sus estudios.

Las chicas relatan que fabricaron un artefacto casero para cortar las botellas de vidrio gracias a los tutoriales de YouTube. “El día que hicimos el primer frasco fue caótico y gracioso a la vez. Nos lastimamos, pero nunca dejamos de sonreír”, añaden. Verónica se encarga de la recolección y corte de las botellas, mientras que Jéssica realiza el diseño de los recipientes.

En “Hetia'e Creaciones” se venden vasos personalizados que cuestan G. 5.000 y G. 10.000. “Cada recipiente tiene su encanto y estilo apropiado; lógicamente, los precios son modificados de acuerdo al trabajo que conlleva cada producto, pero todo dentro de los límites de la accesibilidad para los clientes”, afirma Verónica.

“Preferimos utilizar el dulce idioma guaraní para darle nombre a nuestro local. Hetia'e significa para nosotras alegría, ganas y diversión”, opinan. Las emprendedoras expresan que se encuentran en el mercado laboral desde hace cuatro meses.

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Jéssica y Verónica destacan que nunca creyeron que tendrían un negocio propio. “Siempre uno piensa en lo básico: estudiar y luego dedicarse a su profesión. Sin embargo, nosotras fuimos mucho más allá. Combinar nuestras carreras universitarias con un emprendimiento comercial es algo que realmente nos llena de satisfacción”, agregan.

Las jóvenes cuentan que al principio fue difícil, pues no contaban con capital. “No teníamos dinero que pudiera respaldar nuestro comienzo, pero buscamos facilidades y las encontramos”, añaden. Asimismo, expresan que, por el momento, el negocio no deja grandes ganancias; sin embargo, genera en ellas una gran satisfacción de vender sus propios productos.

“La venta de algunos artículos nacionales sigue siendo relativamente baja, pero solo es cuestión de utilizar un poco más de imaginación. Al paraguayo le cuesta valorar lo que es suyo; sin embargo, creemos que eso está cambiando”, expresan las emprendedoras.

Los próximos objetivos de las chicas son tener un local propio, industrializar su maquinaria y vivir de los ingresos del negocio. Por otra parte, Verónica y Jéssica animan a los jóvenes a crear nuevas cosas y que opten por el camino del emprendimiento. “Deben atreverse a materializar los sueños. No se estanquen en lo negativo; usen el ingenio y el talento que poseen para llegar a la meta”, concluyen.

Por Dahiana Galeano (20 años)

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