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Días atrás, una chica fue brutalmente golpeada por su pareja, quien la dejó con severos hematomas en su rostro y las fotos de la mujer evidencian el castigo que sufrió. Las redes sociales no tardaron en viralizar las imágenes y muchos emitieron opiniones al respecto.
Ante las insistentes preguntas de si era la primera vez que el hombre la maltrataba de tal manera, la joven declaró que no lo había hecho antes, pero que sí la insultaba y era “verbalmente violento”. Algunos comentarios en Facebook acusaban a la mujer de negligente por no haberlo denunciado antes.
Muchas mujeres, al ser víctimas de violencia verbal, deciden no actuar ni poner un stop a las agresiones. La vergüenza de que sepan que tu pareja te maltrata, el temor a las represalias o no saber si la justicia va a hacer algo al respecto, hacen que muchas jóvenes “aguanten por amor” el humillante trato que les propinan.
Ningún tipo de violencia, de parte de cualquier persona, sea hombre o mujer, tus padres, hermanos o pareja, debe ser aceptado. Lo que comienza con un insulto por nervios, con el paso del tiempo, puede terminar en golpes, huesos rotos e incluso la muerte.
Si una persona es víctima de violencia verbal constante, difícilmente logre actuar de manera correcta, pues se autoconsidera la causante de tal trato. Una relación tóxica hace que las cosas no sean claras y la dependencia emocional impide que la víctima reaccione como cualquiera lo haría.
Muchas personas criticaron el actuar de la joven por no terminar la relación en el momento que su novio fue violento por primera vez. A veces, la solución no es tan simple; todos sabemos que una vez que se acaba la relación, después de un tiempo, el ex puede volver a buscarte, pedir perdón, prometer cambiar o, por otro lado, acosarte, amenazarte y quién sabe qué más.
Ciertamente, la justicia paraguaya no se caracteriza por ser la más eficiente de todas. En un país donde algunos de los policías son amigos de los bandidos, los jueces venden sus decisiones y unos cuantos millones de guaraníes pueden salvar al agresor y lograr limpiar su nombre, no es tan sencillo atreverse a denunciar algo sin tener las garantías de que el caso no quedará en el olvido.
Aunque sea difícil e incierto, se tiene que denunciar los hechos de violencia. No porque tengamos una justicia ciega y manchada debemos callarnos ante los maltratos físicos, verbales o psicológicos de parte de nadie. Todos, tanto hombres como mujeres, deben ser respetados en su relación de pareja.
Por Divina Alarcón (18 años)