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Qué extraño sería ver en tu timeline que @filostóteles ha tuiteado “Ojalá Grecia estuviera en el Mundial”. Si Aristóteles viviera en nuestra era y mantuviera sus mismos pensamientos, no haría publicaciones como la mencionada, sino que emitiría su opinión acerca de temas políticos y sociales que afectan al mundo.
A más de uno le gustaría conocer el punto de vista del renombrado Aristóteles acerca del “aborto legal, seguro y gratuito”; seguramente, si este pensador tuviera una cuenta de Twitter, muchos estarían expectantes de las publicaciones que haga al respecto. No obstante, algunas personas opinan que al filósofo no le interesaría el uso de las redes sociales.
Aristóteles se adaptaba a los cambios y afirmaba que el hombre necesita socializar y, por lo tanto, precisa de los demás; esto sugiere la posibilidad de que el filósofo en cuestión vea las redes como una herramienta útil para la comunicación y, tal vez, utilice plataformas como Twitter o Youtube para compartir pensamientos y propiciar debates.
Debido a sus ideas de que el hombre es social, algunas personas piensan que Aristóteles no tendría redes de ningún tipo, pues estaría a favor del diálogo cara a cara. Otros internautas argumentan que el filósofo preferiría ser testigo y observar a la sociedad inmersa en el mundo digital, sin permitir que el vicio tecnológico lo atrape.
Este dilema nace en una serie de la televisión española llamada “Merlí”, la cual muestra el método de enseñanza de un maestro de Filosofía, quien pone a sus alumnos el apodo de “Peripatéticos del siglo XXI”. El profesor plantea la pregunta a sus estudiantes y siembra la curiosidad en aquellos que lo ven a través de la pantalla.
En respuesta a la pregunta planteada por Merlí, surgen otros cuestionamientos: ¿quién no usa redes sociales en el siglo XXI y qué diferenciaría a Aristóteles del resto de los hombres? Si este pensador fuera un joven de nuestra era, estaría acostumbrado a la tecnología así como a todas sus facilidades y, probablemente, no tendría la misma forma de pensar.
Por otra parte, ¿quién sería Aristóteles hoy?, ¿el maestro de filosofía de alguna institución pública, un joven que gusta de cuestionar hasta lo más sencillo y adquirir nuevos conocimientos o un trabajador común? En cualquier caso, su nombre no tendría el prestigio que posee en la actualidad y que utilice o no redes sociales sería algo irrelevante.
De todas maneras, el dilema sigue dando alas a la imaginación, jugando a crear posibles nombres para la cuenta de Aristóteles, como @filostóteles o @aristoelpro. Y vos, ¿creés que el filósofo griego tendría una red social?
Por Belén Cuevas (16 años)