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“No se queda luego quieto, qué insoportable o qué pesado es” son expresiones con las que algunos se refieren a ese compañero o conocido que siempre anda rondando por todas partes. Muchas veces, estas personas demuestran impulsividad, no pueden estar sentadas sin hacer nada y se pasan moviéndose de aquí para allá.
La actitud de esa compañera que tiene muchísima energía y no presta atención en la clase, porque se distrae rápidamente, tiene una razón. El motivo por el cual existen personas extremadamente inquietas y que actúan con conductas curiosas puede ser un trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Mucha gente cree que la hiperactividad es un simple término que se refiere a las personas muy extrovertidas y que no se quedan quietas en un lugar. Sin embargo, se trata de un trastorno crónico neuropsiquiátrico que, frecuentemente, es diagnosticado en la infancia y puede producir múltiples problemas en el aspecto emocional, educativo, social, etc.
“Nada sucede por casualidad; en el fondo, las cosas tienen su sentido aunque nosotros, a veces, no entendamos” expresa una frase y con certeza. Las personas suelen acudir a los pensamientos propios al ver a un chico con características o conductas diferentes y, en muchos casos, no se informan para saber el porqué de ciertas cosas que suceden en el entorno.
Un niño o joven con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad suele ser tildado como maleducado y fuera de lugar. Pero, en realidad, las actitudes exageradas e inapropiadas, la impulsividad, la atención dispersa, el querer expresar lo que piensa todo el tiempo y sin reprimir nada son algunos síntomas propios del trastorno.
A los chicos y chicas que tienen este trastorno se les debe brindar una atención particular con mucha paciencia. Los familiares del infante con hiperactividad tienen que recurrir a un profesional del área para que el afectado realice un tratamiento y pueda controlar o regular sus conductas y así llevar una vida lo más tranquila posible.
Así es, existen miles de trastornos y enfermedades que pueden ser causas de conductas extrañas. Por lo tanto, en lugar de usar adjetivos calificativos sin argumentos válidos, las personas debemos tratar de informarnos acerca de las cosas que nos parecen inusuales y buscar técnicas para saber cómo tratar a los chicos con hiperactividad u otros comportamientos no comunes.
Por Andrea Parra (18 años)