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En la facu y en los colegios se encuentran las parejas que, por más de que les pase un tractor encima, no se separan. Agarraditos de las manos, caricias y besos en las esquinas a la salida del cole son características que definen a los enamorados, pero también están los que tienen una manera no muy común de expresar sus sentimientos en público o a través de mensajes de WhatsApp.
Más de una vez, vimos a dos tortolitos que expresan su amor a través de etiquetas en Facebook, aquellos que se dicen “te amo, mi bebé, sin vos no soy nada”; sin embargo, todos sabemos que uno de los dos tiene como talento coquetear a medio colegio. ¿Será que la canción preferida del infiel es la que dice “dos mujeres, un camino” o se ingenia para partir en dos su corazón?
Mientras las parejas “a la antigua” se mandan bombones, peluches y detalles como rosas y girasoles, también se encuentran los novios que todo el día se pasan discutiendo 24/7 por cualquier cosa. “Peleando, peleando, el amor se va formando”, dice una frase; atendé que esta expresión, en lugar de unir a los dos enamorados, no forme un feroz moretón y notables rasguños en el cuerpo.
Cómo no mencionar a los que conocen a su media naranja cada mes; esos jóvenes que hacen “ta te ti la suerte” a fin de encontrar al “verdadero amor”, pero al parecer, en vez de hallar al príncipe azul, se cruzan con el verde, rojo, lila, rosa, gris, etc. Normalmente, estos piojitos que saltan de amor a amor son los que, nueve meses después, publican a sus “bendiciones” en redes sociales.
Algunos creen que al protagonizar un papelito de celos, quejándose por los “me encanta” en las fotos de Facebook o pichándose porque fulanita empezó a seguir a menganito, demuestran su amor al máximo. Sin embargo, está la pareja que piensa lo contrario, pues cree que una relación sana es cuando la libertad de ambos es la base de todo; en esta clase de amores, los que alguna vez fueron loritos oga empezarán a dar sus primeros vuelos.
Aunque polos opuestos se atraen, siempre están las parejas con los mismos gustos, por ejemplo, la merienda y las salidas al parque fueron reemplazadas por los encuentros en el cine o una noche cenando lomito y viendo películas. Encontrar a la media naranja perfecta es difícil, pero mientras el destino no te cruce con ella, disfrutá sanamente de la maravillosa juventud enamorada.
Por Ezequiel Alegre (17 años)