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“¿Qué hubiera pasado si la raza humana no existiera?” es la pregunta que nos hacemos cuando, por nuestra culpa, otros seres vivos mueren. Es comprensible que los dinosaurios fueron extinguidos, según científicos, por una lluvia de meteoritos, pero después de entonces, no hizo falta tal catástrofe para que desaparezcan por completo otros animales, ya que la caza, la contaminación y la deforestación son las causantes de la pérdida de biodiversidad.
Se cree que el guacamayo azul Spix, más conocido como “Jacinto”, el cual inspiró la película Río, está extinto; no obstante, aún no está declarado completamente como desaparecido. La ironía de esta situación es que la película fue creada para concientizar acerca del peligro de extinción que corren las aves en la selva amazónica. Sin embargo, por más de que hayamos visto un final feliz del filme, en la realidad nuestra inconsciencia acaba con la vida de animales.
Además, recordemos que a comienzos de este año, el último rinoceronte blanco llamado “Sudán” dejó de existir y hoy también forma parte de la lista de extintos. En 60 años, de 2.000 ejemplares de esta raza, solo dos llegaron a sobrevivir en una reserva keniana, pues la caza de los rinocerontes hizo que, en la actualidad, solamente los recordemos a través de fotografías.
Según la Organización Mundial de Conservación, en el bosque Atlántico, más de 30 mamíferos están en alerta incluyendo al Jaguareté; los datos también demuestran que más de 100 aves y anfibios están en zona de peligro. Además, en cuanto a la flora, unas 1.500 especies de plantas se encuentran en situación de riesgo.
A nivel nacional, varios animales son protegidos en reservas, por su peligro de extinción, entre ellos se encuentran el jaguareté y el armadillo, los cuales son víctimas de caza. Asimismo, por culpa de talas de árboles, el famoso pájaro campana va perdiendo parte de su hábitat, siendo considerado, por ecologistas, un ave en peligro de extinción.
Nuestra raza es la victimaria de la muerte masiva de animales; somos nosotros quienes mantenemos la mente cerrada y no pensamos en los otros seres vivos. En un futuro, tal vez, solo exista una clase de animal y los demás, que alguna vez existieron, en muestrarios de museos; en el hipotético caso de que pase esta desgracia, ya sabés quiénes habrán sido los responsables.
Por Ezequiel Alegre (17 años)