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En el 2011, en base a la Ley Nº 4.261, el tereré fue declarado como bebida nacional y se estableció que el último sábado de febrero de cada año sea su día oficial. Este año, la Secretaría Nacional de Cultura proclamó al tereré, junto con los remedios refrescantes más conocidos como “pohã ro'ysã ”, Patrimonio Nacional Cultural Inmaterial del Paraguay.
Con este hecho, se busca salvaguardar la técnica y los instrumentos que se ponen en práctica a la hora de preparar esta bebida, conocimientos que vienen de generación en generación, desde la época de los guaraníes. De esta forma, el tereré, que es una mezcla de agua con yerba mate y remedios refrescantes, es reconocido como un símbolo de la identidad paraguaya.
“Nde, ja´u tereré” representa una frase muy utilizada tanto por jóvenes como adultos, cuando se les antoja beber este refrescante líquido y compartir con amigos. También, disfrutar esta bebida tradicional es la excusa perfecta para reunirte con seres queridos, la chica o el chico que te gusta o, simplemente, para aplacar el calor.
Todo lo que necesitás para preparar el tereré, primeramente, es una jarra o un termo con agua helada. Además, la yerba mate, una bombilla y una guampa conforman las herramientas a usar para empezar a disfrutar de esta mítica bebida paraguaya.
El tereré no discrimina géneros ni puestos de trabajo, pues no importa si sos hombre, mujer, albañil o el presidente de la República; de igual manera, podés disfrutar esta bebida cuando desees. Por otra parte, el “tereré pantano” es una de las preparaciones más famosas, el cual lleva una variada cantidad de remedios refrescantes y se viste de un color verde oscuro.
También existen reglas a la hora de tomar tereré como, por ejemplo, el menor del grupo siempre debe cebar, el primer trago lo toma Santo Tomás, no podés utilizar la bombilla como micrófono y el que bebe el último sorbo será querido por su suegra.
Por otro lado, los historiadores de nuestro país cuentan que, en la época colonial, un gobernador de la entonces Provincia del Paraguay quiso prohibir la yerba mate, elemento esencial de esta bebida, porque “era diabólica y hacía haraganes a quienes lo consumían”.
Este suceso quedó en el “oparei”, como se suele decir, ya que los españoles se dieron cuenta de que podían sacarle provecho a este producto y, al final, pasó a ser la principal fuente de producción económica de los colonizadores.
Países como Argentina y Brasil han querido adueñarse de nuestro tereré, pero no lo han logrado. Lo cierto es que, pasaron los años y con ellos, las generaciones, sin embargo, la mítica bebida guaraní, al parecer, se mantendrá vigente por muchos años más.
Por Alejandro Gauna (18 años)