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No hay obstáculos para alcanzar los deseos, siempre y cuando uno tenga sus metas bien fijas. Silas es un joven del barrio Ricardo Brugada que se desempeña como lustrabotas en distintos puntos de la capital, especialmente frente al Congreso, desde hace años, con el fin de solventar sus estudios. “Comencé a trabajar a temprana edad porque quise ganar mi propio dinero, esa siempre fue mi meta”, afirma.
El joven está estudiando Ciencias Políticas en la Universidad Metropolitana de Asunción. Silas optó por esta carrera debido a que, según cuenta, está interesado en aprender mejor el sistema y comportamiento político de la sociedad paraguaya. “Mi objetivo es terminar mis estudios, eso me está motivando todos los días, así como aquellas personas me apoyan”, comenta el joven.
Además, confía en que la juventud es capaz de dar un giro radical a la situación del país y piensa trabajar para ello. “Me motivan los jóvenes: suelo decir que este es nuestro tiempo de cambio, de revolución y que tenemos que tomar el control del futuro de nuestra nación”, destaca Silas.
Normalmente, Silas se levanta de madrugada para ir frente a la Comandancia de Policía, luego cerca del Congreso, donde trabaja hasta el mediodía. Posteriormente, después de un arduo día de trabajo, va a la universidad a seguir formándose. El joven comenta que, a veces, siente cansancio físico debido a su labor; sin embargo, no deja que esto lo frene.
“Mi meta es ayudar a la gente, ya que veo las necesidades que tenemos en la Chacarita y en todo el país. Además, también me gustaría que más personas soñadoras, como yo, se liberen y expresen sus ideas, para poder crear un movimiento que involucre a todos los jóvenes del país”, resalta el trabajador-estudiante.
Silas no conoce el significado de la palabra “rendirse” y afirma que no desea saberlo. “Mi ejemplo a seguir es mi padre, él siempre dice que debo perseverar, pues no todo el tiempo voy a ser lustrabotas, aunque, para mí, es una honra este trabajo. En algún momento, vendrán buenas oportunidades”, comenta el joven.
Silas recibe el apoyo de sus familiares en las actividades que realiza y ellos constituyen los motores principales de su labor diaria. “Mis padres opinan que debo seguir trabajando y esforzándome; yo sé que este va a ser mi tiempo y que se presentarán mejores oportunidades; es cuestión de perseverar”, afirma.
Los jóvenes pueden ser los protagonistas de un proceso de renovación si dan todo de ellos trabajando para el bienestar de su sociedad. “Ustedes no deben aflojar, en todo momento deben dar lo mejor de sí mismos y seguir su camino hasta alcanzar la meta”, concluye Silas.
Por Belén Cuevas (16 años)