La cantina saludable, una opción para mejorar lo que comés en el cole

La cantina es el lugar favorito de todo alumno, ya que a la hora del receso muchos corren a comprar algo para llenar la barriga. Algunas instituciones implementan la venta de alimentos saludables, pero la mayoría prefiere la empanadita y no una manzana.

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Muchas cantinas de las escuelas y los colegios se llenan de golosinas, gaseosas, empanadas y otros comestibles con bajo valor nutritivo. Sin embargo, lo que realmente favorece al estudiante son los alimentos como el yogur, las frutas y los cereales, que siguen ausentes en algunas casas de estudios.

La institución educativa es un lugar donde los chicos pasan mucho tiempo y donde, aparte de prestar atención, leer y ocupar la mente en las clases, deben alimentarse. Por lo tanto, para el cuerpo resultaría, de alguna u otra forma, desgastante la idea de que los alumnos llenen sus estómagos con comestibles que no aportan fuerzas ni nada que les dé energía.

La joven licenciada en Nutrición Katherine Arévalos, quien está formando parte de la fomentación de cantinas saludables, expresa que “los que trabajan con el propósito de mejorar la calidad de vida con buena alimentación motivan a los niños y jóvenes”. Sin embargo, el hábito de comer bien se aprende en la casa y los padres o encargados son los principales protagonistas del buen desarrollo físico y cognitivo del estudiante.

La nutricionista Katherine también menciona que la mala alimentación se encuentra junto con el tabaquismo y la falta de actividades físicas como una de las causas de diversas enfermedades. Las consecuencias de comer todos los días galletitas altamente dulces o frituras muy saladas son muchas; entre ellas están la diabetes, el cáncer y otras enfermedades crónicas no transmisibles.

Algunas recomendaciones que debemos llevar en cuenta según la Lic. Katherine: consumir más alimentos ricos en vitaminas, dejar de lado los comestibles con alto nivel de azúcar, grasas, calorías y muchas otras cosas más que compramos en el recreo por puro gusto y sin distinguir lo que nos va a favorecer y lo que no aportará nada positivo a nuestro organismo.

Finalmente, un buen hábito a la hora de comer puede ser el motivo de un mejor desempeño al momento de estudiar. Así que, dejá pues tu alfajor de chocolate o tu empanada con pancito para darle el gusto a tu cuerpo y a tu mente que te piden algo que les beneficie y no que, con el tiempo, les perjudique. ¿Te animarías a hacer este cambio de hábito alimenticio para favorecer a tu salud?

Por Andrea Parra (18 años)

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