La adopción, un acto de amor que demanda una larga y difícil espera

Muchas parejas, después de varios intentos de concebir un hijo, empiezan a considerar la opción de adoptar un niño. Sin embargo, la burocracia durante el proceso hace que algunos deseen desistir, pero si persisten, logran cambiar la vida de un pequeño.

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Decidir adoptar a un niño no es cosa fácil y menos en nuestro país, donde el sistema burocrático hace que el proceso se prolongue por años. El trámite es peor que sacar turno en el IPS; empezás el papeleo en el momento que el chico tiene tres años y lográs finalizarlo cuando ya va a comenzar el bachillerato.

Imaginate que, por algún motivo, no puedas estar con la familia que te engendró, pero existe una pareja que quiere que formes parte de su vida y que, por papeleos y trámites, no logres vivir con los mismos. Algo similar ocurre con un matrimonio que lleva esperando 11 años para concluir el proceso de adopción de su hija, quien ya vive con los padres adoptivos pero aún no tiene su apellido.

Las razones por las que la espera suele ser tan larga pueden ser porque los familiares biológicos tienen mayor prioridad; es decir, si un tío, abuelo o pariente quiera acoger al niño, tendrá mayores posibilidades de conseguir la potestad. Así también, se hacen varios análisis psicológicos, sociales y económicos a las personas que deseen adoptar.

La adopción no solo ayuda a los padres o hijos, sino también a la sociedad, ya que muchos niños no tienen las mismas posibilidades de desarrollarse, crecer y educarse con su familia biológica por cuestiones económicas o de abandono.

Existen parejas que no logran tener hijos y, gracias a la adopción, pueden cumplir el sueño de formar una familia. Hay personas que se inician como encargadas “temporales” y brindan un hogar a niños que son separados de sus familiares para luego postularse como adoptantes.

En el año 2016 había 38 niños y adolescentes que necesitaban de un hogar, entre ellos algunos hermanos y un total de 77 personas en la lista de espera que querían adoptar. El Centro de Adopciones aclara que no prioriza a los postulantes con mayor antigüedad. Además, quienes no estén casados o en unión de hecho también pueden adoptar si cumplen los requisitos necesarios.

Lastimosamente, la larga espera y los trámites interminables hacen que la unión entre padres e hijos parezca imposible. Adoptar es un acto de amor que puede cambiar la vida de un niño o adolescente y también la de una pareja que desea agrandar su familia gracias a los hijos que iluminan la casa con su presencia.

Por Divina Alarcón (18 años)

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