Gritá y festejá con tu club pero, ¡ojo!, no seas un fanático absurdo

Festejás porque tu equipo gana y te frustrás si pierde. ¡Normal! Sin embargo, hay personas que son extremadamente fanáticas y, cuando los resultados no son favorables, maldicen al árbitro, a los jugadores y a todos los que se crucen en su camino.

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Tal vez, sea en el ámbito futbolístico donde más se siente el fanatismo de los aficionados. Hasta con los cánticos que se entonan en las canchas se puede notar la intolerancia entre las hinchadas. “Poropopó, poropopó, el que no salta es de (tal equipo) maricón”, es lo que más se suele escuchar.

El fanatismo es una pasión desmedida que una persona siente hacia alguna creencia religiosa, partido político o equipo de fútbol. A veces, este entusiasmo nos sirve como un distractor para olvidarnos de situaciones de la rutina que nos estresan. Sin embargo, cuando la violencia entra en escena, las cosas pueden salirse de la raya.

Muchos partidos han terminado en tragedia, porque a la salida del estadio los hinchas se gritan y, cuando esto ya no les resulta suficiente, vienen los golpes o disparos que ciegan la vida de las personas. De esta manera, un encuentro deportivo, que debería generar solo diversión, se convierte en una desgracia.

Los futbolistas también están expuestos al fanatismo desmedido de las personas que dicen “amar” a su club. Si en un partido,el jugadorno rinde al máximo y el equipo llega a perder el encuentro, ya lo tildan de inútil o pecho frío. Luego, los memes empiezan a circular por las redes sociales y las burlas a través de Twitter se extienden por varios días.

Un fanático apasionado no entiende que a veces se pierde y otras se gana, tampoco comprende que hasta futbolistas excepcionales, como Messi o Da Silva, pueden fallar. El hincha extremista solo exige que su sed de victoria sea saciada.

De alguna manera, todos nos fanatizamos por nuestro club y hasta sentimos que el corazón va a salírsenos del pecho en el momento en que gritamos un gol. No obstante, no debemos llevar esta inclinación hasta los extremos de cometer actos violentos o insultar al otro porque no tiene los mismos gustos que nosotros. El fútbol tiene que disfrutarse. ¿Por qué enojarnos con todo el mundo cuando los resultados no son los que esperábamos? Acordate de lo que decía tu abuelo: Son cosas del fútbol.

Por Viviana Cáceres (18 años)

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