¿Conviene que los jóvenes futbolistas sean transferidos a tan temprana edad?

El desafío de muchos jóvenes futbolistas, hoy día, es fichar por un club de un nivel superior al que están acostumbrados. Varios chicos cambian de aire a muy temprana edad y las ventajas, así como las desventajas, son innumerables. ¿Conviene o no?

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En la actualidad, es tendencia mundial que los clubes de mayor presupuesto contraten jugadores “promesas” a un precio accesible a sus posibilidades económicas, para luego tratar de explotarlos futbolísticamente y venderlos a conjuntos de primer nivel a un costo millonario de transferencia.

Varias “joyitas” paraguayas no fueron la excepción: Óscar Romero fue transferido al Racing de Avellaneda a los 22 años, Sergio Díaz, quien fichó por el Real Madrid con tan solo 18 años o, el propio caso de Santiago Ocampos, quien, con 16 pirulos, se encuentra en Italia jugando en las inferiores de la Juventus.

¿Conviene que los jóvenes sean transferidos a clubes de otro nivel futbolístico a tan temprana edad? Este acto deja innumerables preguntas por responder. Claro, la ventaja principal podría ser el gran desembolso de dinero por parte del club que le servirá de gran ayuda al atleta para mejorar el nivel de vida y ayudar a su familia. Pero, ¿dónde quedan la madurez futbolística o el desarrollo del carácter y la personalidad?

Estos jugadores, tal vez, se vieron obligados a tomar decisiones drásticas en sus vidas. Imaginate dejar tu familia, tus amigos, el estilo educacional que recibiste desde chico y, sobre todo, tu tierra natal, para ir al exterior a probar suerte en el fútbol. ¿Y si las cosas no salen cómo uno esperaba?

El escándalo del presidente del club Rubio Ñu de Luque, quien, según la víctima principal, amenazaba a varios de sus jugadores con no hacerlos jugar de titular y, mucho menos, darles sus pases si no tenían relaciones sexuales con él, es un claro ejemplo del peligro de chantaje que corren tantos jóvenes del interior que vienen a la capital para tratar de cumplir sus sueños.

A esto podemos sumarle el bajísimo nivel de competitividad de los jóvenes en el fútbol paraguayo. Tal vez, sería más factible que los jugadores “promesas” alcancen cierta madurez personal y futbolística en nuestra tierra, cerca de su gente y, por sobre todo, aportando “algo más" a sus respectivos clubes en el torneo local y en las principales competencias continentales.

Estas tempranas transferencias son constantes reclamos de los propios hinchas que exclaman: “Sí seguía estando 'tal jugador' ya hubiéramos ganado la Copa Libertadores” pero, lastimosamente, la cantidad de ceros en las ofertas de compras de los pases, a veces, son irresistibles, tanto para el atleta como para el propio club.

Los jóvenes que sueñan con debutar en primera división deberían ser más precavidos a la hora de elegir nuevos rumbos, ya que los chantajes y casos de explotación podrían ser perjudiciales para su carrera. Tendrán que pensar, analizar, reflexionar y, sobre todo, leer más de dos veces el contrato a la hora de firmarlo.

Por Ricardo Núñez (19 años)

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