¡Auxilio, los exámenes parciales y finales me van a aplastar!

Rendís hoy, mañana y pasado. Sentís que caés en un abismo y no hay nadie que te salve; estudiar está en tus manos, pero el sueño se apodera de vos cuando empezás a leer. Es hora de que te pongas las pilas y enfrentes con garra esas temidas pruebas.

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Cuando las fechas de las parciales se acercan, sentís que una soga te va apretando poco a poco el cuello. Decís que vas a estudiar tres semanas antes, leyendo todos los días un poco tus lecciones; sin embargo, el tiempo corre y lo que hacés es disfrutar de otras maneras la libertad que queda. Así que te pasás viendo memes en Facebook, escuchando música o, simplemente, durmiendo.

Sin darte cuenta, estás a dos días del primer examen y vos no estudiaste ni una sola palabra de lo que tenías en el temario. Para que tu vida no parezca un infierno, te tranquilizás y tratás de ser lo más optimista posible. "Voy a pasar nio, porque leeré hasta la madrugada si es necesario", afirmás con total seguridad.

Comenzar a estudiar es todo un ritual para la mayoría de los universitarios. Te sentás con la mejor actitud, leés la primera línea, terminás un párrafo y sos la persona más feliz porque no te está costando mucho. Sin embargo, esa postura de persona dedicada se esfuma cuando la pantalla del celular te indica que llegó un mensaje; tu ángel de la responsabilidad te aconseja que mantengas la concentración en tus hojas, pero caés en la tentación de revisar el cel y, sin darte cuenta, perdés una hora en WhatsApp, Instagram y Facebook.

Tu tarde trascurre en medio de un lío de páginas que estudiar, redes sociales, chismes y ganas de comer a cada rato. No obstante, llega un punto culminante de la noche en que la angustia se apodera de vos y ahí tomás en serio lo que estás leyendo. Después, el sueño es más fuerte y te quedás dormido sin poder evitarlo.

Enfrentar los exámenes parciales y finales consume toda tu energía y te pone muy nervioso. Lastimosamente, la falta de concentración y organización a la hora de estudiar puede perjudicar tus calificaciones. Así que sería bueno que te pongas las pilas y prestes más atención a las clases, leas con interés tus lecciones y no trates de memorizarlas solo un día antes de la prueba.

Si organizás con responsabilidad tus horas de estudio, enfrentar los exámenes ya no será una tortura. Animate y pensá en esto: cada prueba que das, te acerca un poquito más a tu título profesional.

Por Viviana Cáceres (18 años)

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