Los exámenes finales, el último sprint para coronar el año académico

La concentración se dificulta, las manos sudan un poco y los pies no se quedan quietos antes de empezar un examen importante. Las pequeñas muestras de inseguridad y nerviosismo antes de rendir pueden ser paliadas con algunos tips de estudio muy útiles.

Cada vez que los exámenes finales se acercan, el ambiente que se vive en la sala de clase es distinto.
Cada vez que los exámenes finales se acercan, el ambiente que se vive en la sala de clase es distinto.ABC Color

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Cada vez que los exámenes finales se acercan, el ambiente que se vive en la sala de clase es distinto. Ese deseo por hacer bien las cosas, por coronar de la mejor manera el año y, sobre todo, ese temor a la equivocación, producen cierto nerviosismo en los estudiantes.

El mejor camino para olvidar todo lo relacionado a la inseguridad es el estudio con antelación. Esto no significa sentarse a repasar dos meses antes, sino prestar atención durante cada clase y anotar los conceptos de importancia, para que los conocimientos se vayan adhiriendo gradualmente.

Siempre va a ser más sencillo tener una idea clara de todos los temas que fueron tocados durante el año que tragarse tanta información en una o dos noches. Si atendiste a cada clase y tomaste apuntes, tu seguridad al afrontar un examen debería estar en un alto nivel.

La vida del estudiante de universidad no es sencilla; además cumplir con todas las materias y sus respectivas exigencias, muchos tienen que trabajar a la par. Por esa falta de tiempo, la mejor opción es adquirir todos los conocimientos posibles en el mismo horario de facultad.

El miedo a la equivocación no sirve de nada, las distracciones solo te atrasan y el nerviosismo no permite que aprendas. Para estudiar de verdad, desconecta el WiFi, apagá tu celular y utilizá todos tus sentidos para concentrarte hasta entender lo que estás leyendo.

Que estudies varias horas seguidas tampoco significa que vas a aprender y retener todos tus resúmenes más rápido, ya que el cerebro también se cansa y necesita un tiempo para procesar. Lo mejor que se puede hacer es estudiar en pequeños bloques de 25 minutos, descansando entre cinco y diez.

Ya con la hoja sobre la mesa o el pupitre, el examen comienza y tenés que afrontarlo con confianza y concentración. Leé cada pregunta con atención y no te apresures, tené claro todo lo que vas a escribir para no dudar cuando ya comenzaste a responder; terminar primero no significa ser más eficiente.

Si te cuesta encontrar la concentración tampoco tenés que desesperarte, mantené la tranquilidad, porque no es una competencia de velocidad, se trata de manejar bien el tiempo. En los casos de opción múltiple, es recomendable que, si no estás seguro, descartes primero lo que te parezca incorrecto, para así tener mayores posibilidades de seleccionar la respuesta acertada.

Si durante el año estuviste aprendiendo conforme las clases pasaban, si anotaste lo más importante y si te preparaste repasando cada concepto, no hay nada que te pueda desestabilizar y lograr un buen puntaje va a depender de tu concentración.

Por Diego Benítez (19 años)

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