El amor propio, una cualidad desplazada por el oscuro pesimismo

Presentándose como el perfecto motivador para alcanzar metas, el amor propio se convierte en un ayudante indicado para el desarrollo personal. Sin embargo, si se caracteriza por ser fugaz e inconstante, dicha cualidad puede transformarse en pesimismo.

Presentándose como el perfecto motivador para alcanzar metas, el amor propio se convierte en un ayudante indicado para el desarrollo personal.
Presentándose como el perfecto motivador para alcanzar metas, el amor propio se convierte en un ayudante indicado para el desarrollo personal.Imagen extraída de la web

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En el silencio de nuestra habitación es donde podemos ser nosotros mismos, un pequeño espacio en el que nos permitimos tomar una bocanada de aire para armarnos de valor y seguir con las obligaciones, que no conocen pausas y nos esperan siempre puntuales. De repente y sin pedirlo, el cerebro prepara una serie de imágenes poco motivadoras relacionadas a nuestra capacidad y desempeño; luego viene el inconfundible “bajón” para completar tu estado.

Tus emociones se debaten entre dar razón a esa vocecita luchadora, que trata de levantarte el ánimo para seguir adelante, y ese inoportuno nubarrón de malos sentimientos que solo apagan nuestro coraje y aportan negativas opiniones sobre nuestra persona.

“La peor soledad es no sentirse cómodo con uno mismo” es una frase atribuida al escritor estadounidense Mark Twain que, dentro de una constante lucha íntima por mantenernos seguros y confiados, resuena en momentos inestables en los que creemos difícil alcanzar la meta deseada porque “no somos suficiente”.

A causa de la inseguridad, cuanto más nos acercamos a algún objetivo o debemos llevar a cabo cierta actividad, es muy costoso dejar todo a cargo de nuestro potencial. El fugaz amor propio va emprendiendo la retirada sin siquiera avisar y nos quedamos a manos de la destructiva baja autoestima, que parece crecer con cada sensación de derrota personal.

De esta manera, ni los elogios más dulces y honestos pueden quitar su influencia a los propios comentarios pesimistas ya que, después de todo, nuestra opinión se apodera de los sentidos, convirtiendo en palabras vacías y sin peso a las necesarias motivaciones. Sin embargo, ¿no es más importante prestar atención a la autopercepción positiva, antes que la opinión de los demás? Totalmente pero, ¿qué pasa cuando nuestro criterio es más destructivo que los comentarios ajenos?

Hacer frente a la negatividad y cambiarla por ideas constructivas, que nos impulsen a mirar siempre hacia delante, sin dejarnos abatir por las dificultades, no es algo que se logra de la noche a la mañana, sino que se construye con tiempo y paciencia. Una frase del escritor inglés Oscar Wilde dice: “Amarse a uno mismo es el comienzo de un romance de por vida”.

Cuando nos miremos al espejo y podamos aceptar tanto nuestras cualidades como nuestros límites, la frase del escritor irlandés tomará vida en nuestra cabeza y, finalmente, conoceremos al amor de nuestras vidas: nosotros mismos.

Por Macarena Duarte (17 años)

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