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“Tengo unos vecinos que trabajan forrando termos y guampas de tereré; desde que tenía siete años me acercaba y compartía nuestra bebida típica con ellos y, así, nació mi interés hacia ese oficio”, comenta Rodrigo Fernández. El joven manifiesta que fue un amigo suyo el que le enseñó a recubrir los elementos tradicionales del tereré.
“ˈBabiˈ Areco es un amigo, que tiene una empresa de artesanías en cuero y, casi todos los días, iba a su negocio a compartir algunas rondas de tereré; luego, mirando como mi kape forraba los termos, aprendí mucho” expone el joven. Rodri cuenta que empezó a trabajar en una empresa que se encarga de forrar termos, en su ciudad natal Atyrá y luego empezó a vender sus propios equipos de tereré en su barrio.
El joven cuenta que, a parte de vender sus termos en el barrio, trabaja en una empresa de la ciudad. “Yo laburo con un señor que me hace pedidos de termos forrados, el me da dinero para los materiales y, para cumplir con los pedidos, contrato personas que me ayudan”, manifiesta Fernández. “Mi negocio aún no cuenta con un nombre; sin embargo, mis vecinos y clientes me conocen como ‘Loli’, quizás esa pueda ser la designación de mi emprendimiento”, deja a entrever el atyreño.
Termos de tereré forrados en cuerina y cuero de vaca son los productos que el joven ofrece. Los equipos para tereré, hechos de cuerina, tienen un costo de 55.000 guaraníes y, los de cuero, un aproximado de 70.000 guaraníes. Asimismo, el joven aclara que los precios también dependen del modelo y de la marca del termo.“Muchas personas piensan que es fácil revestir termos, no obstante, ndahaeiete vyrorei y lleva tiempo; por este motivo, si tengo muchos pedidos, necesariamente debo contratar personal”.
El emprendedor afirma que le gusta mucho su trabajo, pero que también desea estudiar para ganarse la vida en otro oficio. “Mi objetivo, para el 2020, es ingresar a la Academia de Policía, ya que me gustaría ser un hombre que trabaja con la ley”, indica Rodri. El joven destaca el apoyo brindado por su familia y seres queridos.
“Yo laburo para ayudar a mi familia y también para poder formarme”, expresa Loli. “Insto a los jóvenes a seguir sus sueños y a no dejar los estudios, ya que muchas veces, al trabajar, uno gana su propio dinero y luego ya no quiere seguir una carrera universitaria”, concluye el joven.
Por Alejandro Gauna (18 años)