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Ese mismo día, el 8 de marzo, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Como cada año en el mundo miles de mujeres salieron a las calles para exigir igualdad, con el llamado a una huelga y paro general.
Son múltiples las desigualdades que atraviesan las mujeres en la región, como la baja tenencia de la tierra y poca autonomía económica, debido a los obstáculos que tienen para el acceso a los recursos, relacionados con la discriminación y violencia que viven, por el hecho de ser mujeres. Esta situación afecta de una forma especial a las mujeres rurales y a las mujeres indígenas, por las condiciones de pobreza en las que se encuentran. Es decir, existe una brecha específica hacia ellas, que es necesaria cerrar; sin el trabajo enfocado hacia ella, la pobreza seguirá persistiendo.
En este sentido Paraguay está dando pasos significativos para responder a los desafíos que esta realidad demanda al Gobierno. El Ministerio de Agricultura y Ganadería aprobó el año pasado una “Política de igualdad de género e intercultural del sector agrario público”, cumpliendo así el mandato de la Ley N° 5446, de Políticas Públicas para Mujeres Rurales.
Ya esta ley ha significado un avance muy importante, pues con ella Paraguay se sumó a otros países que ya cuentan con leyes parecidas que reconocen las necesidades específicas de las mujeres rurales e indígenas. La reglamentación de la Ley N° 5446 también está en proceso de elaboración, su aprobación también será otro paso más dado en este camino hacia la igualdad.
La “Política de igualdad de género e intercultural del sector agrario público” es un instrumento para la transversalización del enfoque de género en todos los procesos de diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las políticas, programas, proyectos y presupuestos de las instituciones públicas del sector agrario. Su objetivo es “transformar las condiciones de vida y la posición de las mujeres rurales e indígenas”, y contribuir así “con un modelo de desarrollo agropecuario y forestal centrado en las personas, equitativo y sostenible, en el cual las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos, las mismas oportunidades e igual poder de decisión”. El rol de los hombres, sus vivencias, reflexiones y apoyo serán clave para que esta política cumpla con sus objetivos.
En este camino a la igualdad es necesario comprender que ella se enmarca en los derechos fundamentales que tenemos como seres humanos, como son la libertad y la igualdad, y que estas implican que “los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y hombres se consideren, valoren y promuevan de igual forma”.
Existen muchos avances, pero es necesario seguir con ellos; para eso se necesitan el compromiso y la acción de los gobiernos, la cooperación internacional, la sociedad civil, cada quien, desde su lugar, articulando juntos acciones concretas que cierren esta brecha.
Ahora es el momento de actuar, ni un paso atrás.
*Representante Permanente de la FAO en Paraguay