Además de la tragedia ecológica y de salud que llegó a afectar a gran parte de la población paraguaya que se tuvo que “fumar” el aire contaminado hay otra, podría quedar completamente impune.
Por si cuesta dimensionar, en esas 200 mil hectáreas cabe Asunción 16 veces. Al encontrarse en una zona lejana a la capital y a la vez inaccesible por diferentes motivos, no tenemos el despliegue y las informaciones que se habrían dado a un incendio de esta magnitud. Lo que nadie puede dudar es que los hechos ocurrieron, la escasa población de la zona lo sufrió, incluso el obispo del lugar Gabriel Escobar mencionó días atrás que es algo que no debería quedar impune.
A pesar de su lejanía, el incendio de catastróficas magnitudes movilizó a gran parte del país, bomberos forestales, militares, policías, funcionarios del Mades, incluso se obtuvo la ayuda de países cercanos que ayudaron con aviones especiales. El Estado se había hecho presente con combustible, vehículos, la Fuerza Aérea.
El que nunca estuvo a la altura es al parecer el Ministerio Público, que teniendo decenas de posibilidades de recabar las pruebas de lo ocurrido, e investigar a fondo la cuestión, decidió no hacerlo y no acusar a nadie. Así todo termina en el paraguayísimo “opá reí”.
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El ministro de la Corte Víctor Ríos, queriendo sacar de encima del Poder Judicial y de sus jueces el caso, leyó un informe en el pleno que evidenció la “negligencia exasperante” de los fiscales, quienes, en lugar de pedir prórroga, solicitaron sobreseimiento provisional para diligencias que debían haberse hecho de forma inmediata. “¿Qué se puede esperar que haga el juez si el Ministerio Público no aportó ninguna prueba?”, se preguntó el ministro Ríos pasando hábilmente la pelota tatá.
Esto nos trae el triste recuerdo de otro gran incendio en el que se perdieron casi 400 vidas, el del supermercado Ycuá Bolaños de Asunción en 2001. Las palabras como negligencia e irresponsabilidad, por parte del Ministerio Público, vuelven a poner a esa institución en la mira, así como esa vez en que el trabajo tampoco convenció a las víctimas.
Este tipo de situaciones no solamente convierte en cenizas miles de hectáreas de un tipo bosque nativo único, el hogar de especies que no tiene forma de reponerse en poco tiempo. Los incendios también incineran la posibilidad de obtener justicia, deja por el suelo nuestro compromiso con el medio ambiente, y evidencia que la labor del Ministerio Público en casos importantes como este, es puro humo.
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