Hoy la municipalidad cuenta con unos 10.000 funcionarios, cuando que con unos 2.000 bien seleccionados, capacitados y motivados bastaría para operar con eficiencia. Más del 90% del presupuesto se destina a gastos fijos, sin margen para inversiones en obras, infraestructura, servicios, equipamiento urbano ni programas de desarrollo social y económico. No hay planificación, gestión, competencia, calidad, efectividad ni transparencia. Lo poco que se ejecuta está plagado de deficiencias, irregularidades, mediocridad, clientelismo y sospechas.
La Junta Municipal –con 24 concejales– tampoco ha sido ajena a este deterioro. Una amplia mayoría –integrada por cartistas, abdistas y supuestos opositores– ha sostenido o encubierto gestiones desastrosas del último gobierno municipal. El resultado es una institución técnicamente colapsada, multimillonariamente endeudada, socialmente desprestigiada y políticamente desacreditada.
Pero las crisis hay que saber convertirlas en oportunidades. Hoy, Asunción necesita una reforma organizacional profunda. Una cirugía mayor institucional que devuelva a la municipalidad su papel esencial: ser el motor del desarrollo sostenible de la Asunción, en sus dimensiones social, económica, ambiental, legal, urbanística e institucional.
Ejes de una verdadera reforma municipal
Modernizar la municipalidad de asunción requiere un proyecto técnico y político sistémico, pragmático y viable, basado en ocho estrategias muy bien articuladas:
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1. Reforma institucional y legal: nueva Carta Orgánica, competencias claras, capacidad financiera y un marco anticorrupción basado en mecanismos de transparencia
2. Reforma administrativa y de recursos humanos: racionalización del personal, profesionalización por mérito, capacitación, nueva cultura organizacional y un nuevo organigrama (claro, inteligente y ágil).
3. Reforma financiera: control del gasto, mejora de la recaudación y nuevas fuentes de financiamiento (app, ley de capitalidad, mecanismos de captura de valor).
4. Transparencia y control: gobierno abierto, veedurías ciudadanas, tecnología blockchain y tableros de gestión digitales.
5. Innovación y gobierno digital: ventanilla única, expediente electrónico, datos abiertos y reclamo ciudadano.
6. Gestión urbana, ambiental y social: planificación integrada participativa, descentralización barrial, catastro digital actualizado y alianzas estratégicas, con organizaciones sociales, empresas, universidades, agencias de cooperación y Gobierno nacional.
7. Participación ciudadana: comisiones vecinales renovadas, audiencias públicas, presupuesto participativo y canales digitales y presenciales de participación.
8. Planificación estratégica urbana: elaboración de un plan estratégico urbano de Asunción y creación de una agencia estratégica urbana de desarrollo –con la participación de todos los actores sociales, gremiales, empresariales y académicos–, como mecanismo de gestión de la ciudad, que es la herramienta más adecuada y eficiente que hoy se utiliza para la administración y el desarrollo de las ciudades.
Estos pilares van a posibilitar convertir a la municipalidad en una institución moderna, eficiente y transparente. Y capaz de liderar exitosamente el desarrollo integral de la ciudad.
Ejemplos que demuestran que sí se puede
América Latina ofrece varios referentes inspiradores. Medellín se reinventó con liderazgo político, participación ciudadana y creación de empresas públicas de excelencia, como la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU). Curitiba, con su IPPUC, integró transporte y urbanismo bajo una planificación innovadora y sostenible. Porto Alegre devolvió el poder a los vecinos mediante el presupuesto participativo. Bogotá modernizó su transporte público con alianzas público privadas y planificación metropolitana. Quito consolidó empresas municipales sectoriales muy eficientes. Córdoba modernizó el modelo de gestión mediante el gobierno electrónico.
Estos casos prueban que la transformación institucional y organizacional es posible cuando hay visión compartida, decisión política y respaldo ciudadano, convertidos en un proyecto de ciudad.
Una decisión política y una oportunidad histórica
La reforma de la Municipalidad de Asunción no es solo un desafío técnico: es una decisión política de alto nivel. Que debe involucrar en forma directa y activa al Presidente de la República, al Congreso Nacional, a la Intendencia y a la Junta Municipal. Y que debe materializarse en un pacto social y político.
Se puede si se quiere. El primer paso es querer hacerlo. El segundo es solicitar asistencia técnica a alguna agencia de cooperación internacional (Banco Mundial, BID, CAF, otras), a través del Ministerio de Hacienda.
Estos organismos pueden aportar expertos con amplia experiencia en procesos de modernización institucional, para ayudar a diseñar un proyecto de reforma y modernización de la Municipalidad de Asunción con un enfoque sistémico, sostenible y participativo.
El proceso puede iniciarse de inmediato y avanzar ya dentro del actual período municipal. Esta propuesta no es una utopía ni un sueño ni un delirio: es una propuesta viable, posible, urgente e imprescindible.
Una causa nacional para Asunción y el Paraguay
Asunción necesita recuperar su municipalidad, para que deje de ser un botín político y se transforme en una institución moderna, eficiente y solidaria al servicio de la gente.
Es tiempo de que los actores sociales, empresariales, gremiales, académicos y vecinales asuman este desafío y este mandato moral como una causa nacional. Porque la Capital no puede continuar en este deplorable y lamentable estado. Y menos aún desarrollarse con una municipalidad paralizada por la ineficiencia, la desidia, la incapacidad, la ignorancia y la indolencia de unos cuantos.
El tiempo de las excusas terminó. La reforma y modernización de la Municipalidad de Asunción no es solo una opción: es una necesidad urgente e impostergable y una oportunidad histórica para construir entre todos los actores urbanos –sector público, sociedad y empresa– una ciudad sostenible, solidaria, segura, funcional, innovadora, resiliente, accesible, verde, próspera, inteligente, educada, digna y con un futuro deseable y compartido. Una ciudad donde dé gusto vivir, de la cual todos los asuncenos, los paraguayos y los extranjeros que habitan en ella podamos sentirnos orgullosos.
(*) Consejo de Desarrollo de Asunción
Gonzalo Garay/Arquitecto (*)
gonzalo.garay58@gmail.com