Son dos ejemplos nada más que salta en la prensa. Claro que si compran de sus esfuerzos personales y con facturas legales, a su nombre, como hacemos cualquier mortal, no se cuestionaría el asunto.
La cosa es que sencillamente siempre resultó escandalosa la transformación económica de los políticos en el poder.
Por eso se desvirtuó totalmente el arte de gobernar buscando el bien común. Se convirtió en el arte de gobernar buscando el bien particular. Llenarse los bolsillos y amasar toda la fortuna que puedan, en poco tiempo. Y por eso resulta muy apetecible meterse en política. Y los que ya están, hacen una carrera hasta su muerte, dejando que sus hijos continúen rapiñando el Estado. Hay clanes familiares que vienen desde décadas atrás viviendo y chupando como sanguijuelas las arcas públicas. Se aferran como garrapatas, porque permanecer en el campo político, asegura la supervivencia de toda su familia y su descendencia.
Es increíble como el poder les da privilegios e impunidad. Compran propiedades a nombre de otras personas, no hacen declaraciones juradas correctas, sus papeles no están en forma, no se sabe el origen de sus incalculables fortunas y el enriquecimiento ilícito, es la nota que caracteriza sus historias. Una vez dijo Natalicio González, que un Colorado no puede ser pobre. Y acertó. Ellos tienen la extraña virtud de ser un mendigo y pasar a queje árabe. Todo lo que toca se convierte en oro, como el Rey Midas. Metiendo siempre la mano en la lata, la plata en el Paraguay, no se termina nunca.
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La corrupción se ha vuelto un estilo de vida por culpa de estos sátrapas, que dan pésimo ejemplo al pueblo. Por eso se llena de delincuentes chicos y grandes nuestro país. El vizcachero del barrio, ve nuevas mansiones principescas y lo primero que piensa es que es algo mal habido. Entonces dice, porque si los manguruyuses pueden robar, yo no lo voy a hacer. Y esa es la degradación moral y el envilecimiento a que la sociedad llega en una decadencia total.
Claro que no solamente los colorados roban. La oposición también lo hace, porque la corrupción y la pérdida de los valores, no tiene color ni banderas ni ideologías. Tienen oportunidad y lo aprovechan. Sus cargos le permiten tener empresas, ahorrar en bancos suizos, hacer contrabandos, tráfico de drogas, adueñarse de los recursos naturales, vender las tierras a los sojeros y terminar con nuestra fauna y flora.
Mientras haya estos robos escandalosos y la justicia haga caso omiso porque las instituciones no son independientes y deben favores a los que les dieron esos cargos.
Caso Seprelad no puede investigar los sobres de Mburuvicha Róga, porque su titular fue puesta por el Presidente. Tampoco el Fiscal General investiga, porque visita el quincho y hasta olvida sus anteojos en ese sitio. ¿Les parece gente que en esa atmósfera tan amigable entre ellos, se van a destapar los chanchullos? Nada que ver.
Y lo peor es que no tenemos reserva moral y candidatos potables para próximas elecciones. Exhortamos a la juventud que cambie y se anime a participar para cambiar esta situación. Sobre todo cambiar la mentalidad para construir la patria soñada. Una patria donde los servidores públicos, o sea las autoridades en cargos, no hagan tantas ostentaciones con dinero del pueblo. Que aprendamos todos a trabajar y ser honestos.
A estudiar y a superarnos moral e intelectualmente. Que pueda honrarse la palabra empeñada. Que la política sea un medio para hacer el bien y no un canal para enriquecerse a costa del impuesto de los ciudadanos. La ostentación golpea mucho y crea impotencia y descontento. Sabemos que nada es eterno y que los grandes imperios también cayeron en la historia de la humanidad. Y sabemos también que salir por la puerta grande, es algo muy valioso ante los ojos de la sociedad.