Bono demográfico: oportunidad histórica y transitoria

Paraguay se encuentra en un momento crucial de su historia. Desde 2005 y hasta aproximadamente 2050, el país atraviesa un período conocido como “bono demográfico”. Pero ¿qué significa esto y por qué es tan importante para el futuro del país?

El bono demográfico es un fenómeno que ocurre cuando la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) es proporcionalmente mucho mayor que la población dependiente (menores de 15 años y mayores de 65 y más). Es como tener una gran cantidad de manos listas para producir y una menor carga de personas que dependen económicamente de ellas. Esta situación, generada por los cambios en las tasas de natalidad y mortalidad que hemos experimentado en las últimas décadas, ofrece una ventana de oportunidad única para impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de las personas en Paraguay.

Imaginemos un hogar donde la mayoría de sus miembros están activos y aportando. Eso es lo que sucede a nivel país. Con menos niños, niñas, adolescentes y personas mayores que mantener, la sociedad puede invertir más en educación, salud y empleo, lo que a su vez se traduce en un mayor ahorro y un crecimiento económico sostenido.

Sin embargo, esta “ventana de oportunidad” no es ilimitada. Las proyecciones demográficas indican que, después de 2050, la proporción de personas mayores comenzará a aumentar significativamente, lo que generará nuevas presiones sobre los sistemas de pensiones, salud y cuidados. Es decir, el tiempo para actuar es limitado.

Para transformar este potencial en beneficios tangibles, es fundamental que el gobierno y la sociedad trabajen de la mano. No basta con tener una gran cantidad de jóvenes si, a la par, éstos no tienen acceso a una educación de calidad, a empleos dignos y a servicios de salud adecuados. La pobreza, la deserción escolar, los matrimonios infantiles, el embarazo adolescente, el desempleo y la informalidad laboral son obstáculos que impiden capitalizar al máximo este bono demográfico. La exclusión y las desigualdades de género, socioeconómicas, de área de residencia y las que afectan a pueblos indígenas y personas con discapacidad también representan una pérdida de nuestro capital humano.

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Por todo esto, es urgente la implementación de políticas públicas que garanticen empleo decente, fomentando el trabajo formal, con seguridad social y aportes jubilatorios; educación universal y de calidad, para asegurar el acceso y la permanencia en el sistema educativo, garantizando así equidad para todas las personas; e igualmente protección social, a fin de fortalecer los sistemas de salud y bienestar para toda la población.

Estas acciones no solo permitirán aprovechar el bono demográfico, sino también incentivarán a que jóvenes y mujeres elijan quedarse en el país, construyendo un futuro más próspero para todos.

El bono demográfico es una oportunidad histórica, pero también una responsabilidad compartida. Es el momento de invertir en los adolescentes y jóvenes, actuando con decisión para asegurar que Paraguay coseche los frutos de esta composición poblacional, antes de que el proceso de envejecimiento de la población presente nuevos desafíos. El desarrollo del país depende de las decisiones que tomemos hoy.

*Representante Nacional del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas

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