Historia del ario y su electrodeuda

El curvilíneo senador de linaje ario, mimoso osito de peluche del Quincho pese a su etiqueta de liberal, pegó un manotazo multimillonariamente eléctrico a la Ande. Y seguramente quedará impune, pues sus “servicios” senatoriales para HC valen mucho. Bastante más que los miserables 20 mil dólares por voto que reclama Chaqueñito. Sus trabajos sucios son “invalorables”.

El hombre no duda en mover los mondongos cuando lo llaman para una trapisonda ordenada por el Don. Por ejemplo, hacer de fiscal de sangre en el caso Kattya o “presidir” aquella ridiculísima Comisión Conjunta de Investigación de Carácter Transitorio para la Investigación de Hechos Punibles de Lavados de Activos Contra el Patrimonio, elefantiásico nombre que la muchachada simplificó en Comisión Garrote. Grupo parlamentario cartista liderado por Gustavo Leite e integrado por estrellas como Rodrigo Gamarra, Jatar Fernández y otros, cuya finalidad fue exclusivamente amedrentar a quienes criticaban al Quincho. Al final, se disipó como lo que fue: una mera flatulencia.

Hallar alguna acción positiva de este galán en favor de la sociedad es imposible, más que las misiones insolubles de Tom Cruise en su serie cinematográfica. Su último aporte en apariciones mediáticas fue el escamoso baboseo a dos parlamentarias, a quienes les hizo sentir sus blanduras sebáceas.

Pero debe comenzar a andar con zapatos de plomo. La arrogancia propia de los indoctos hinchados de poder le puede ir costando disgustos poco a poco. Y puede terminar como terminan los forros.

Lo de la Ande no es una cuestión para el ñembotavy. Félix Sosa, presidente de la Administración estatal, informó que la empresa ligada al personaje de marras, Consorcio Arapoty, le dejó a la entidad un perjuicio de más de 4.800 millones de guaraníes.

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El contrato firmado en 2019 por la empresa liderada por el ahora senador cartista establecía que debía proveer 1.400 transformadores, de los cuales solo se llegó a entregar 121.

El consorcio cobró el 4 de enero de 2021 un anticipo de 3.427 millones de guaraníes y no cumplió su compromiso. Por esto, la Ande rescindió el contrato en 2023. Tras la rescisión, quedó pendiente la devolución de 3.139 millones de parte del fallido proveedor. La Ande exigió también 1.713 millones en concepto de garantía, con lo que se llega a 4.852 millones reclamados.

Ante la gravedad del hecho, la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas inhabilitó a Dionisio Amarilla —que de él se trata— y al Consorcio Arapoty por incumplir el contrato con la Ande y no devolver el multimillonario anticipo. Una apreciable electrodeuda.

Este valor del estropeado Legislativo había comenzado como director de Administración y Finanzas de la UNA, cuando era un joven delgado y pobre que vivía en alquiler allá por el 2007. En el 2013 fue diputado por el PLRA. Hoy es dueño de una gran (y sospechada) fortuna.

Quizá la hizo quedándose con vueltos como los de la Ande y protegido por el Quincho, al que es todavía útil como sicario senatorial. Hasta ahora, como diría don Blas.

nerifarina@gmail.com

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