El autor es su padrastro, quien incluso la había reconocido como hija, y ahora recibe una sentencia ejemplar. Sin embargo, el daño que hizo no se borrará nunca.
Este es solo uno de las decenas de casos que se denuncian a diario y que se convierten en cientos, llegando a miles al año. Es decir, todos los días se destruyen vidas, no solo de niñas sino también de niños y adolescentes en todo el país.
Hay que reconocer que, en las últimas décadas, la gente aprendió mucho sobre la importancia de denunciar. Docentes, vecinos o incluso familiares, en su mayoría, ya no esconden los casos y se animan a denunciarlos. Esto es fruto de años de campañas y trabajo de diversos sectores contra el criminal silencio que se había enquistado en torno a los abusos.
Pero la denuncia por sí sola no basta. Los procesos judiciales suelen ser largos y dolorosos para las víctimas, que muchas veces reviven el trauma en cada audiencia o interrogatorio. Lejos de que la condenas reparan el daño, solo se convierten en un calvario adicional.
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Asimismo, la prevención requiere también educación sexual integral en las escuelas, que permita a los niños y niñas identificar comportamientos indebidos y tener la oportunidad de hablar con adultos de confianza. No se trata solo de informar, sino de empoderar a los menores con herramientas que los protejan, porque muchas veces el agresor es alguien cercano, como en este caso, lo que hace más difícil romper el silencio.
Sin embargo, ahora es momento de dar el siguiente paso de manera más vehemente: la prevención. Este sí es un gran desafío, tanto para las autoridades como para toda la ciudadanía, que debe comprometerse a buscar por todos los medios evitar los abusos. Porque ya sabemos que, una vez que ocurren, los daños son permanentes.
Los adultos somos responsables del bienestar físico, mental y social de las nuevas generaciones. Nada de lo que se haga en pos de formar una generación sana, crítica, empoderada y valiente servirá si no enfrentamos y erradicamos este mal tan atroz como lo es el abuso sexual en niños y adolescentes.
tereza.fretes@abc.com.py