El episodio que protagonizó el mandatario con la concejala luqueña Belén Maldonado mostró a un mandatario que, a esta altura de su administración, es todavía incapaz de administrar situaciones en las que alguien lo increpa o le dice algo que le desagrada.
Al ser interrumpido mientras hacía un discurso, le pasó el micrófono a la concejal, en lo que parecía un gesto de apertura, pero enseguida, al escuchar las críticas, intentó sacarle nuevamente el micrófono y, cuando ella se lo pasó, en vez de responder a lo que le había dicho, la acusó de estar haciendo proselitismo.
Para Peña y para los cartistas en general es habitual considerar enemigos a quienes hacen críticas, como si desconocieran que disentir e intentar llegar a acuerdos o soluciones mediante el diálogo no fuese el alma de toda democracia.
Bien pudo haber invitado a la concejal a conversar en otro espacio y tiempo más adecuados.
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Respecto a la recriminación a la concejala de que estaba haciendo proselitismo ¿No es lo que, de alguna manera, hace él habitualmente cuando pondera sus obras y gestiones de gobierno en actos públicos?
Las mediciones de popularidad que se hacen periódicamente y que seguro no desconoce, revelan una constante caída de respaldo popular a su gestión que, con seguridad, se irá ampliando con el transcurrir de su mandato.
La cuestión es cómo gestionará esa situación ¿Elegirá creer lo que los obsecuentes le susurran al oído, de que los “contreras” nomas no lo quieren y que él es el mejor y más eficiente? ¿o hará finalmente algo para revertir la imagen que viene dando.
Si nos guiáramos por su conducta pasada, ya ha demostrado que le interesa más su situación personal que la del país.
De acentuarse a esa situación, es difícil que pueda evitar su debacle definitiva como figura pública.
A Peña, cada vez más, parece quedarle grande el traje de estadista.
Recordando aquel cuento del emperador y su traje nuevo. ¿Peña elegirá creer solamente a los zalameros de su entorno, con lo cual seguirá paseándose desnudo ante la gente?
¿O se dará cuenta a tiempo y, aunque asuma que no llegó al cargo por su propia decisión y méritos, aún podrá demostrar que tiene algunos resabios de libre albedrío?
mcaceres@abc.com.py