Nuestro enemigo el Estado

Es un libro de Albert Jay Nock que habla de cómo el Estado se apropia del poder ciudadano sin que éste se de cuenta de ello. El autor dice que detrás de todos los asuntos públicos que se viven en una sociedad, sean los que sean, allí hay un solo tema central, la redistribución del poder. Siempre es el reparto del poder entre la ciudadanía y el Estado.

El principio invocado es el siguiente: El poder del Estado es el que la sociedad le otorga, sumado al que el Estado lo confisca. ¿Por qué se da esta situación? Porque la sociedad no construye poder y en vez de hacerlo, lo cede a la política, terreno donde sí se construye, se lo fortalece y consolida por medio de las disputas aparentes o reales de otro invento para ceder nuestros derechos de sociedad: los partidos políticos.

El autor nos recuerda que el Estado tiene su génesis, no en elevados principios que tratan de perseguir el “bien común” y evitar algún tipo de mal imaginario presente en la naturaleza humana, sino en la expropiación y la conquista.

Así se hace eco de la observación de Voltaire de que el “arte de gobierno consiste en hacer tanto dinero como sea posible a partir de la desposesión de una clase social en favor de otra.”. A esto agreguemos el dicho que dice “sigue los rastros del dinero” –Watergate- y ya tenemos el combo completo: Estado-gobierno-partidos políticos-corrupción.

No nos damos cuenta, o tal vez no queremos hacerlo por comodidad o haraganería intelectual. El Estado expropia a estas alturas casi todos los poderes de la sociedad, al punto de negarnos ya de visualizar un estado apropiado para nuestra vida presente y futura: salud, educación, ambiente, energía, agua, tierra…todo, inclusive lugares donde congregarse y protestar.

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El caso de los supermercados Biggie, por ejemplo, ¿no era cuestión de presentarse nomás a devolver la mercadería vencida y recuperar el dinero? Ya vieron cómo reaccionó el Estado.

Si hemos de tomar en cuenta lo dicho por Voltaire y añadirle la popular frase de Garganta Profunda, de seguir los rastros del dinero, lo más probable es que en este caso también lleguemos a la ecuación: Estado-gobierno-partido-ueno.

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