Pane, nacido en 1880, y Lovera, en 1921, fueron doctores en Derecho y Ciencias Sociales y modelos de integridad.
Lovera es todavía recordado por gente mayor. Hay personas que compartieron con él en alguna circunstancia y reviven su probidad y su temple en momentos críticos.
El 29 de mayo de 1959 la policía montada atropelló una manifestación de estudiantes que protestaban por la suba del pasaje de 3 a 5 guaraníes. La violencia mayor se dio frente a la Plaza Italia, donde fue agredido el legislador Miguel Ángel González Casabianca. Éste denunció el hecho ante la Cámara de Representantes (única cámara del Congreso por la Constitución de 1940). La Cámara se reunió en forma inmediata y emitió una declaración de repudio contra la violencia policial. La sesión estuvo presidida por el vicepresidente del Legislativo, Waldino Ramón Lovera. El presidente, J. Eulogio Estigarribia, fue advertido por Stroessner para que no concurriera, sabiendo lo que sucedería.
Inmediatamente después, Lovera fue detenido y confinado, junto con otros legisladores (todos colorados). Fue desterrado y estuvo en la Argentina durante 25 años. Volvió en 1984, con otros exiliados políticos, cuando la presión internacional se hizo insostenible para Stroessner.
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Tras la caída del estronismo, Lovera fue presidente del Congreso Nacional. Y ahí demostró nuevamente su estirpe decorosa. Devolvió siempre el dinero del presupuesto no utilizado, y cuando el presidente de la República, el general Andrés Rodríguez, quiso avasallar su autoridad legislativa en el llamado a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, presentó su renuncia. Había que tener coraje para hacerle eso al omnipotente general. Y coraje es lo que jamás le faltó a Waldino Ramón Lovera, quien enfrentó a dos presidentes militares y no se amilanó ante ellos ni traicionó sus principios institucionalistas.
El otro cumpleaños sin estridencias del 31 de julio fue el de Ignacio A. Pane, nacido en 1880 y miembro de la Generación del 900, la más brillante de los núcleos intelectuales de nuestra historia. Se afilió a la ANR por pedido del propio Bernardino Caballero. Enfrentado a la ideología liberal predominante en su tiempo, tuvo profundas convicciones sociales. Fue un sociólogo erudito reconocido en toda Sudamérica. Y un exquisito poeta.
Les dio voz en el Congreso a los trabajadores explotados en sus derechos en aquel tiempo. Elogió a la mujer más allá de la melosa idea de su papel de “madre y compañera del hombre”. Reivindicó también la memoria de López, contra la corriente de entonces.
Waldino Ramón Lovera e Ignacio A. Pane. Colorados ambos. Valientes para enfrentarse al poder, honestos para no aprovecharse de sus cargos, decentes, como pocos hoy en el partido que los dos honraron a cabalidad.
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