¡Era una nena!

¿Para qué sirve un Estado que no protege a sus niñas y niños, no garantiza ninguno de sus derechos y no aparece más que para dar “contención” a la familia, una vez que ya fueron víctimas de terroríficos hechos? El país de los discursos oficiales no soporta la verdad: Se ha trivializado el abuso sexual al punto de ignorar desesperados pedidos de auxilio, permitiendo casos terribles, como el asesinato de Melania, de solo 11 años.

“Bla, bla, bla”, así suena el discurso del presidente Santiago Peña cuando, a poco de viajar a Finlandia, anuncia que “mandó” al ministro de la Niñez, Walter Gutiérrez, a Fulgencio Yegros, Caazapá, para dar “contención” a la familia.

Igual suena el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón, alegando que no conocía lo suficiente sobre el homicidio de Melania como para averiguar por qué no se había pedido una autopsia. Y otro “bla, bla, bla” sale desde el Poder Judicial cuando dicen que ahora van a investigar por qué un juez dejó salir de la cárcel, en tres años, al familiar de Melania, Marcelo Giménez, condenado en 2022 por haber abusado sexualmente de ella, que tenía apenas 8 años.

Así de insulsos fueron todos los argumentos esgrimidos después que el hermano de Marcelo, de solo 16 años, haya desaparecido de su casa cuando fueron a buscarlo como sospechoso del homicidio. De hecho, si no fuese por presión de la comunidad de Yegros, de la mamá de la niña y de los medios de comunicación, pareciera que la investigación de la muerte de Melania no hubiera avanzado.

En el Congreso hablan de sancionar crímenes con cadena perpetua, de usar tobilleras electrónicas, y eso también suena a bla, bla, porque todo lo que está escrito para proteger a las niñas y los niños de los abusos sexuales y todos los procedimientos definidos para denunciar los casos, prevenir represalias, asistir a las víctimas, todo no es más que tinta, en verdad no existe.

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“Una lástima”, dijo el diputado de la zona, colorado cartista Avelino Dávalos, ante rumores de que tendría vínculos con sospechosos del crimen. Una nena está muerta. Y a él, le dan lástima los rumores sobre él.

Más que nunca el asesinato de Melania como “venganza”, porque “por su culpa” se fue preso Marcelo, nos obliga a replantearnos todo. “Era piriríta luego”, se atrevió a decir la madre de los detenidos ahora, imputados como supuestos autores. Melania era solo una nena, sorprendida por un asesino mientras ella, con sus sueños, jugaba a hacer tortitas de barro.

El 80% de las víctimas de abuso sexual, entre enero y abril de este año, fueron niñas y niños de 1 a 14 años, la mayoría de sexo femenino, dice la Dirección de Clínica Forense del Ministerio Público. En más del 90% de los casos, los autores son familiares y del entorno cercano, según datos del Ministerio de la Niñez y de la Fiscalía.

Tenemos que hablar de machismo, de educación sexual integral, de Justicia y de cómo hacer que funcionen las leyes, normas y ministerios que ya tenemos. Del terrorífico caso de Melania, el de Fernanda, el de Felicita. De cómo la corrupción y la impunidad nos cobran la vida de nuestras niñas y niños, mientras ministros, jueces, fiscales, legisladores, duermen en sus sábanas de seda, Santi se inventa otro vuelo y todo sigue igual.

mariana.ladaga@abc.com.py

Fono Ayuda 147

Línea gratuita y confidencial para denunciar violencia, abuso o maltrato contra niñas, niños y adolescentes. Disponible 24/7 en todo el país.

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