¿Leite va o viene?

El senador Gustavo Leite se volvió una molestia para Santiago Peña. Empezó a criticar con todo la gestión presidencial pese a pertenecer al mero pulmón cartista.

Desplegó una serie de ataques —todos merecidos— pero sin que se conozcan los disparadores: cuestionó la compra de pupitres chinos por parte de Itaipú Binacional, calificó de “boludeces” pedidos del propio presidente, se opuso a la candidatura del canciller Rubén Ramírez Lezcano a la OEA, y llegó a decir que Peña vetaría un proyecto de ley “si es que todavía está en la presidencia”. También disparó contra la inseguridad, la gestión de Riera y, hace pocos días, contra el caos en salud y la dispersión de prioridades del gobierno.

Por eso, a muchos nos dejó boquiabiertos la noticia: el senador Gustavo Leite fue propuesto como nuevo embajador ante los Estados Unidos. ¿Qué? ¿Cómo? ¿El más feroz crítico del gobierno será ahora su representante diplomático? ¿Aplicaron el “si no puedes con ellos, únetelos”?

Por un lado, lamentable el Presidente que convierte a su mayor problema en embajador, con lo que pudo haber matado dos pájaros de un tiro: sacarse de encima a su crítico y congraciarse con su Patrón que tendrá su propio embajador en los EE.UU. para gestionarle su blanqueo. Por otro lado, y no menos deplorable, la escasa dignidad de Leite, que acepta representar a un gobierno al que ha fustigado con entusiasmo.

Pero el caso escaló. Una investigación del diario La Nación de Argentina, sobre el fentanilo contaminado que causó decenas de muertes, alcanzó también a Paraguay. Una foto del patrón Horacio Cartes, en su casa y abrazando él al argentino Ariel García Furfaro —uno de los investigados— abrió caminos insospechados. Resultó que Leite estaba vinculado a la empresa paraguaya conectada con los hoy indagados por la justicia argentina. Y el gobierno del país vecino ya fue admitido como querellante en la causa por lo que es una cuasi certeza que las réplicas del terremoto nos llegarán.

La empresa argentina remitió al Paraguay unos 83 millones de dólares en maquinarias para montar una fábrica, operación bajo investigación de la aduana argentina. Uno de los socios de la firma paraguaya receptora —confirmado por él mismo— era el senador Gustavo Leite. Pequeño detalle: jamás declaró esa empresa en su declaración jurada de intereses.

Parece que no nos cansamos de hacer papelones en Estados Unidos. La última vez, Santiago Peña no consiguió asiento para la ceremonia de juramento de Trump. La próxima, podríamos resplandecer internacionalmente con un embajador implicado en una investigación transnacional.

mabel@abc.com.py

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