El Gobierno actual peca de mitómano, porque no solo falla a su compromiso asumido, sino que también pinta una realidad inexistente en el interior y más aun en un territorio históricamente relegado como Itapúa. Mintieron cuando se comprometieron a mejorar los caminos y rutas del departamento que estarían involucrados con la pasada del Rally Mundial. En cambio y como costumbre a última hora, buscan parchar los miles de cráteres que adornan las oscuras, sin señalización, estrechas y peligrosas rutas pavimentadas.
Faltaron a la verdad cuando en el segundo informe de gestión nombraron en la página 163 que un pabellón de ampliación del Hospital Distrital de María Auxiliadora, beneficiará a “31.969 usuarios de la región”. La realidad indica que este Gobierno no se hizo cargo de la terminación de esta obra que tiene más de un año abandonada y solo con el avance del 70% de su obra civil. No hay recursos presupuestados para continuar y luego equipar este nuevo sector. Incluso, debido a la desidia ya se observa que partes del revoque van cayendo y es constante blanco de hurtos de cables y otros materiales de la construcción. ¿Cómo un pabellón inutilizable puede beneficiar a tanta gente?
Omiten una realidad preocupante cuando alaban la fase final de la obra del Gran Hospital del Sur, el que promete ser el nosocomio más grande y mejor equipado del interior. A pesar del gran beneficio que puede ofrecer potencialmente a la región, no se preocuparon en terminar el acceso vial y garantizar el acceso terrestre hasta el mencionado lugar. Hay apuro por inaugurarlo antes de que en agosto se realice el Rally Mundial, porque es un requisito de la organización contar con atención para el quemado, que ningún otro establecimiento en Itapúa puede tener.
Asimismo, la puesta en funcionamiento de un hospital tan grande significa la movilización de cerca de 400 profesionales, especialistas, médicos, entre otros, que serán trasladados desde sus hospitales y USF para cubrir la faltante en este proyecto. Esto hará que cientos de comunidades queden sin ese médico hasta que el Ministerio de Salud devuelva esos rubros a cada región.
Cada mentira oculta una inacción que solo perjudica a los más necesitados. El interior es nuevamente blanco de la indiferencia, pero lo más ruin es que somos utilizados en discursos grandilocuentes, en los que reafirman su mala gestión a costa del sufrimiento diario de miles de itapuenses. Lo justo y necesario es un gobierno de acciones y no de discursos que faltan a la realidad.