No existe paz en el Chaco

El pasado 12 de junio se cumplieron 90 años de la Paz del Chaco, que puso fin a tres crueles años de enfrentamiento bélico entre nuestro país y Bolivia. Nuestros heroicos combatientes lograron expulsar al enemigo y así legarnos este territorio chaqueño para orgullo de toda una generación. El precio por asegurar estas tierras para nuestro país costó más de 30.000 vidas.

Lamentablemente, este sacrificio de todo un país no fue recompensado por las autoridades que nos gobernaron tras la culminación de la guerra, ya que siempre dejaron en el abandono al Chaco. Esta situación empeoró cuando la corrupción política se adueñó de los gobernantes.

En la actualidad, miles de hectáreas de estas tierras que costaron sangre están en manos de extranjeros, especialmente en las zonas fronterizas. No implica ninguna actitud xenófoba, sino que simplemente se señala que la propia Constitución prohíbe este tipo de acciones.

Los pobladores que hacen patria en territorio chaqueño no viven en paz, pues el abandono social en que se encuentran por parte del Estado genera una insatisfacción que impide cualquier intento de alcanzar tranquilidad o bienestar familiar.

La paz de un pueblo o de una nación no significa únicamente la ausencia de guerras, pues la tranquilidad con la que puedan vivir sus habitantes o la falta de ella es un parámetro fundamental para determinar si realmente existe esa paz, una situación que está bastante lejana en el Alto Paraguay y en gran parte del territorio chaqueño.

En época de sequía, las personas sufren la falta de agua; y apenas llueve, se producen aislamientos de poblaciones, como el que actualmente están padeciendo miles de pobladores. En ambos casos, las causas se relacionan con la corrupción en el uso del dinero público, como en el caso del acueducto, en que desaparecieron US$ 100 millones sin que el agua llegara al Chaco, o en las precarias reparaciones de los caminos.

La situación sanitaria en la zona es caótica y criminal. Varias personas han perdido la vida debido a que no pudieron llegar a tiempo a los hospitales de otras regiones a donde fueron evacuadas, como consecuencia de la precariedad de los centros de salud locales. A esto se suma que cientos de usuarios de la ANDE pierden sus electrodomésticos debido a la mala calidad del suministro eléctrico.

Estas falencias, que evidencian el abandono estatal, son la batalla diaria que deben enfrentar las familias en el Chaco. Por ello, a 90 años de la firma del Protocolo de Paz, las personas continúan aún luchando en busca de esa anhelada “paz social”.

calmiron@abc.com.py

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