“Y de los que roban y son sinvergüenzas decimos que son letrados, como Alliana y compañía, bandido y sinvergüenza, caterva de delincuentes”, dijo pa’i Cirilo.
Aquí hay que repasar las variedades lingüísticas para ver la acepción que tiene en nuestro país el término “letrado”.
Según el Diccionario de la Lengua Española, letrado, en su primera acepción, significa “sabio, docto o instruido”. En algunos países, como México, por ejemplo, se llama letrado al licenciado en Derecho. Allá el título de licenciado se le otorga a alguien con altos conocimientos; no como acá, donde ser “licenciado” no garantiza mucho.
En nuestro país, “letrado” tiene otra connotación. El Diccionario del Castellano Paraguayo, de la Academia Paraguaya de la Lengua Española (Servilibro, 2017), señala que letrado es el pícaro, el que solo busca su beneficio propio. En lenguaje vulgar, letrado es “un tipo jodido”. Esta palabra constituye una alusión peyorativa que se ve potenciada en su formato diminutivo. Así, “letradito” es el jodido en grado exponencial. Ejemplos hubo y hay a decenas en nuestra fauna política.
Pa’i Cirilo puso en relieve también un desquicio de nuestra sociedad, al señalar que mucha gente se ríe del honesto y de quien no roba para enriquecerse.
Que un sacerdote lance una acusación tan cruda y directa contra el vicepresidente de la República da para pensar. En diversas comunidades, el sacerdote, especialmente el párroco, es receptor de las inquietudes ciudadanas, de las cuales él mismo se hace eco toda vez que esté de acuerdo con ellas.
Cabe preguntarse si esta explosión verbal del padre Vázquez —en grado de acusación grave— fue netamente suya y espontánea o si refleja el pensamiento de su comunidad. Habría que ver también si ese pensamiento rige en otras comunidades del país o si es algo aislado.
Pasa que el señor Alliana es el designado por el imperativo dedo del Quincho para candidato de Honor Colorado con el fin de pugnar en la interna de la ANR por la candidatura presidencial. Y hay gente que tiene entendido que, si el Quincho es su mentor, hasta el sillón de López no va a parar. Y Dios nos libre y guarde, como exclamaban las abuelas.
Es que el señor Alliana ha demostrado hasta ahora que su aspiración primordial es hacerse cada vez más rico a como sea. Y que no tiene el menor escrúpulo en utilizar el escuálido bolsillo estatal para mantener a su extendida familia.
Y sería un peligro más para la patria si llegara al Palacio con su “caterva de delincuentes”. Si pa’i Cirilo lo dijo…