Lo escribió Emil Gustav Friedrich Martin Niemöller, pastor luterano, alemán y antinazi (1892-1984). Niemöller defendía ideas de la extrema derecha hasta que Hitler subió al poder; después sus furibundas críticas le valieron prisiones y campos de concentración entre 1937 y 1945.
El poema es una filosa daga que se clava profundamente sobre la COBARDÍA. Sobre la indiferencia ante las injusticias: cuando no se defiende a los perseguidos, a los oprimidos, se alienta a que la persecución se extienda sobre más ciudadanos. Para quienes vivimos en el stronismo, así se empezaron a apagar las luces: primero fueron unos, después otros; se sometía por la fuerza, la tortura y el miedo. Y a una claque a platazo limpio.
Esta semana le tocó al embajador francés que el 3 de junio se atrevió a decir que aún no tenían respuesta del Ejecutivo sobre una invitación oficial de Macron a Santiago Peña para asistir a una reunión: “Todavía estamos esperando una respuesta… como se sabe el presidente (Santiago Peña) viaja mucho en este momento… entonces no sabemos más. Esperamos que cuando regrese de la India conteste (de manera) más precisa”.
Al día siguiente del partido de Paraguay, el Presidente del Congreso Basilio Núñez y el líder de la bancada cartista Natalicio Chase, luego de explícitamente apelar al recuerdo de la victoria futbolística de la albirró horas antes, y en nombre de la soberanía, anunciaron que pedirían al presidente Santiago Peña la expulsión del francés. Por decir “viaja mucho en este momento”, quieren la expulsión del diplomático. ¿Dijo una mentira? ¿Atacó la soberanía?
Los cartistas y sus marketineros deberían aclararnos cuál es la soberanía que les preocupa. ¿La de un país que se dejó permear en todos sus poderes por el narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de dinero? ¿Qué tiene autoridades juzgadas por ello? ¿La de una nación infiltrada por mafias internacionales y por bandas que el propio Paraguay define como terroristas?
Estamos a media cuadra de la oscuridad del stronismo. Aquella época en la cual Paraguay solo tenía relaciones con Sudáfrica porque estaban políticamente igual de aislados que nosotros. Aquella época donde la cobardía de unos permitió el sometimiento de toda una nación por 35 largos años de dictadura.
Y están yendo por más.