Entrevistado en la 730AM, Carlos Fernández Valdovinos enfatizó en que el factor más importante a ser reformado es “por lejos” la edad en la que acceden a la jubilación o retiro los diferentes sectores.
Los parámetros son ahora “cualquier cosa” argumentaba el funcionario, al hablar de la inequidad existente entre los distintos aportantes a la caja.
Así por ejemplo mientras militares, policías y docentes pueden acceder a una jubilación o retiro ya a los 50 años, el resto de los funcionarios de la administración pública debe esperar hasta los 62.
Según Fernández solo esta inequidad ya permite explicar casi la mitad del agujero cada vez más grande en la caja.
Solo basta mirar una cifra que ya discutíamos el domingo pasado para entender la magnitud del problema: tomando exclusivamente los últimos 10 años, los sectores de militares, policías y docentes tienen un saldo rojo de más de 14 billones de guaraníes, o si lo preferimos, más de 1.750 millones de dólares, eso sin contar aún los más de 100 millones de dólares en los cuatro primeros meses de este año.
Será este entonces uno de los puntos de reforma propuestos, con el argumento principal de que una parte considerable de los beneficiarios se jubila a edades aún productivas.
El otro eje adelantado por el ministro hace referencia al aporte en sí, mientras que por ejemplo para acceder a una jubilación a través del IPS deben aportar trabajadores y empleadores, para hacerlo a través de la Caja Fiscal el aporte es realizado exclusivamente por el funcionario.
Fernández aseguró que presentarán el proyecto de reforma este año, y para ello incluso están pidiendo pareceres al Banco Interamericano de Desarrollo y al Fondo Monetario Internacional.
Está claro que algo debe hacerse para convertir a la caja jubilatoria estatal en viable, para que esta no termine devorando cada vez más dinero público que podría ser destinado a cubrir necesidades que aún siguen siendo básicas como por ejemplo en el campo de la salud o la seguridad.
Sin embargo, hay que decir que también es irritante observar cómo mientras por un lado se piden renunciamientos y concesiones, por el otro se siguen autootorgando beneficios.
Una clara muestra de ello es una jubilación de privilegio diseñada para una élite.
Mientras que por ejemplo cualquier ciudadano común debe aportar al menos durante quince años de su vida y llegar a los 65 años de edad para acceder a una jubilación proporcional a través del IPS, hay un sector al que solo le basta aportar diez años y cumplir 55 para tener este beneficio.
Es decir que se jubila DIEZ AÑOS ANTES y aportando CINCO AÑOS MENOS que cualquier ciudadano.
Siguiendo con el paralelismo el mismo sector ya puede acceder al 80% ya con 55 años cumplidos y solo quince años de aporte, frente a los treinta, o QUINCE AÑOS MÁS que se exigen a cualquier ciudadano para acceder al mismo porcentaje.
Es la caja de privilegios que crearon para sí mismos los congresistas (con el visto bueno del Poder Ejecutivo), para autootorgarse una jubilación, para un sector que llega y se va con votos de la gente a través de un mandato concreto y por un período determinado.
La cuestión de fondo, y esto lo discutimos varias veces en su momento con parlamentarios que bien conocen de administración y finanzas, es que crearon hace muchos años una caja privilegiada con el argumento de que se autosustentaría, pero cuyo equilibrio ante descalces termina recayendo de tanto en tanto en el presupuesto público.
Solo basta ver que hace poco más de seis meses volvieron a autoasignarse un subsidio con 2.500 millones de guaraníes de dinero público para que calcen nuevamente sus finanzas.
El nuevo auxilio financiero para la casta privilegiada, sirvió para exponer entonces el régimen de privilegio que viene funcionando desde hace algunas décadas.
Ya modificaron el cálculo para las jubilaciones en IPS, ahora deben modificar la Caja Fiscal, ¿no es momento también de discutir sobre esta privilegiada caja VIP?
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