En la campaña proselitista los candidatos suelen prometer que implementarán medidas para que haya mejor salud, educación y seguridad, y que combatirán la corrupción. Es lo habitual. Luego, en la gestión de cada presidente, uno puede ver a qué se dedica realmente.
En particular, el presidente Santiago Peña parece haberle tomado el gusto a los viajes. En lo que va de su mandato ya va por su destino 43, recorriendo varios países, y seguirá sumando a la lista con el periplo que emprendió estos días.
Hasta ahora el mandatario ha visitado países del continente europeo, asiático, América Central, Sudamérica y, especialmente, América del Norte. A este último ha acudido varias veces y, presuntamente, lo seguirá haciendo ya que no ha conseguido aún la foto con el presidente de los Estados Unidos, como lo tienen la mayoría de los anteriores presidentes del Paraguay.
El mandatario y su entorno suelen justificar los viajes en la necesidad de que el Paraguay sea conocido en el mundo y la necesidad de atraer inversores internacionales.
Sin embargo, la experiencia dice que, generalmente, a los países se los conoce en el mundo por sus logros o porque algunos de sus habitantes se destacan en algún área específica de la ciencia, el arte o los deportes o por la calidad de su sistema de salud, de su educación u otra cuestión en la que el país muestra su excelencia.
Cuesta creer que vendrán inversores porque el presidente los invita. En estos tiempos de gran conectividad cualquier habitante del planeta interesado puede enterarse que en nuestro país reina la inseguridad jurídica y los hechos de corrupción estatal, a los que se agregó últimamente la infición del crimen organizado en sus instituciones.
¿Cuál será el legado de Peña cuando deje el cargo? Parece que no habrá grandes obras. El programa Hambre Cero dependerá de su continuidad y sostenibilidad en el tiempo.
Lo que seguro dejará este presidente es un abultado álbum de fotos de sus viajes por el mundo, que él tal vez mirará sonriendo y de los que la ciudadanía quizás se acordará, sin que a nadie eso le sirva para nada.