Curul se traslada, pero seguirá debatiendo

Fue a fines de febrero de 2004 cuando el jefe del área Política de ABC Color de entonces, Edwin Brítez, me propuso hacer una columna semanal en el diario sobre las cuestiones parlamentarias, dado que era el periodista acreditado ante la Cámara de Senadores.

La idea fue, desde ese espacio, aportar al debate público con la mirada de un periodista que tenía el privilegio de estar cerca de los dirigentes políticos y que al mismo tiempo era un ciudadano más, sin curul en el Congreso, pero con un espacio para opinar. Por eso el nombre de banca ciudadana.

El desafío me gustó desde el principio. Fui aprendiendo semana a semana, transmitiendo en el espacio de la columna mis ideas y juicios y escuchando las reacciones y devoluciones de los lectores y lectoras.

Mi carrera en el periodismo se había iniciado en 1991 y, específicamente en el área política, en 1992. Es decir, venía con una experiencia de más de una década cuando me convertí en columnista. Claro que en esos inicios no sabía que continuaría opinando sin pausa hasta el presente desde esa “banca ciudadana”.

Cambiaron los gobiernos, de 2004 en adelante siguió habiendo grandes turbulencias políticas, como las que hubo antes, en 1999, por ejemplo, con el “marzo paraguayo”, además de las constantes amenazas de un golpe de Estado durante toda la década del 90.

Me tocó opinar sobre el sorpresivo pero efímero cambio de timón del Poder Ejecutivo que se dio en el año 2008, con la salida del poder de los colorados, un hecho que parecía abrir la posibilidad de la alternancia democrática y opciones políticas mas diversificadas para la ciudadanía.

Pero, los errores, la falta de audacia, las traiciones y la presión de la estructura conservadora que se mantiene desde hace tantas décadas en nuestro sistema político, entre muchas otras cosas, evitó esa posibilidad y, “sin querer queriendo”, abrió entonces el camino para el tipo de liderazgo imperante en la actualidad, con el cartismo.

Escribir una columna opinando de la actualidad política de nuestro país sumado a la experiencia de cronista de tantos años en el Congreso y otras áreas de nuestro sistema institucional me permitió saber, entre otras cosas, que el copamiento del poder con el que sueñan la mayoría de los que llegan a ser presidentes no es sostenible en el tiempo. También comprobé que, más allá de los planes hegemónicos y las grandes ambiciones, los sucesos imponderables, las presiones exteriores de un mundo siempre cambiante y la reacción ciudadana son las que dictan el camino.

Esta perorata viene a cuento porque esta será la última columna de banca ciudadana que escriba en las páginas de la sección política. A no ilusionarse: seguiré escribiendo los domingos, y aunque ya no tendrá la etiqueta de “banca”, la intención será siempre aportar otra mirada al debate político.

Seguramente, seguiremos hablando sobre quiénes realmente están mejor como nos prometieron y que son, evidentemente, esos que viajan por el mundo con dinero público, hacen negocios con el Estado y se construyen mansiones. También hablaremos de quienes gozan exhibiendo ignorancia y prepotencia, pese a haber sido elegidos para otra cosa. Y sobre quienes no atinan a tener el discurso que espera la ciudadanía, que vaya de la mano con una conducta honesta, firme y equilibrada.

De eso y más, seguiremos debatiendo.

mcaceres@abc.com.py

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