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En tanto, construir la ruta asfaltada que llegue a Fuerte Olimpo, de unos 140 km, tendría un costo similar al de la autopista elevada. No decimos que esté mal la construcción de esa vía rápida, atendiendo a la gran cantidad de parque automotor que circula diariamente por esa zona.
Sin embargo, en una suerte de prioridades, lo más urgente y necesario es poder dar una mejor oportunidad de vida a los pobladores de esta región chaqueña, atendiendo a que el distrito de Fuerte Olimpo no cuenta ni siquiera con un solo centímetro de asfalto.
Mientras los conductores que desean llegar a la Gran Asunción se demoran algunos minutos y, tal vez, horas debido al intenso tránsito, en este departamento chaqueño las personas quedan atascadas en el barro por varios días, a merced de los insectos, como los temibles mosquitos.
Este tipo de lamentables escenas se dan en los días de lluvia, o peor aún, como está sucediendo ahora en todo el Alto Paraguay, donde, debido a la falta de caminos de todo tiempo, numerosas poblaciones están totalmente aisladas y solo pueden ser asistidas por vía aérea.
Si estas necesidades y padecimientos no son prioridades para las autoridades del Estado, es fácil entonces deducir la falta de patriotismo hacia las personas que hacen patria en estos lejanos lugares, que costaron sangre y heroísmo de numerosos compatriotas que dieron sus vidas para legarnos estas tierras.
Una vez más, podemos corroborar aquella vieja frase de que “el Paraguay termina en Calle Última”, pues al priorizar este tipo de obra a costa de las necesidades de los chaqueños, comprobamos, una vez más, que el Alto Paraguay no existe para los gobernantes.
No se trata de una suerte de disputa entre los chaqueños y los de la Gran Asunción, sino de una cuestión de prioridad nacional, o de que el gobierno realice ambas obras, pues el dinero público sobra si se usa de forma honesta. “El Alto Paraguay” también existe.