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Si las corporaciones empresariales, varias con suculentos negocios con el gobierno, expresan su alarma por lo que desató el teléfono de Gomes es porque la cosa pinta complicada y arriesga a la economía. Si la economía se despeña habrá más pobreza.
¿Es para tanto? Sí, cuando la corrupción se descontrola de manera tan estrafalaria termina en miseria para la mayoría, víctima de las fechorías del poder. Será la miseria de tanta gente que mirará con resignación las nuevas y ostentosas mansiones de los poderosos (virtuales corruptos y todos del mismo grupo político) que ya están mejor.
El contenido del providencial teléfono evidenció lo que se presumía: el crimen organizado —lo único organizado en este país— hizo metástasis en la justicia y en todos los estamentos gubernamentales.
Esto nos recuerda aquella vieja sentencia: El gobierno no puede luchar contra la corrupción, porque el gobierno es la corrupción.
Los amanuenses del poder, sin posibilidades de rebatir tantas pruebas a la vista, buscan descalificar lo ocurrido. Quisieron desacreditar a los gremios empresariales que se manifestaron (“qué van a decir ustedes…”), enlodaron el nombre de una periodista en una alusión repugnante y quisieron tirarle el fardo al gobierno anterior (colorado como éste: son todos iguales). Expusieron un posible aporte de un millón de dólares de Lalo Gomes a la campaña de Abdo. Los de HC se rascaron las hendiduras, como si nunca hubiera habido dinero negro en semejante cantidad en campañas carmesíes.
Si quieren corroborar lo del tal aporte, pregúntenle a José Alberto Alderete. Él fue tesorero de Abdo. Luego vio la luz y fue jefe de campaña de Honor Colorado. Hoy es de los que están mejor. Rico entre ricos gracias al inagotable y generoso (para ellos) Estado paraguayo.
Lalo Gomes llegó a la política adherido al abdismo. Pero ya era poderoso antes. En Brasil lo tenían en la mira desde los 90, según el libro del implacable César Ávalos. Fue gerente del Banco Amambay (¿les suena?), presidente de los ganaderos del departamento del Amambay (¿se acuerdan de la narcoganadería?). Luego se integró a HC, refugio cálido para todo pillo suelto. Aunque para él, al final fue demasiado caliente.
Pero ahí están don Lalo y su póra vengador para tornar en infierno la vida de muchos. Sus chats seguirán quemando. La evidencia de la corrupción espantará inversiones (los gremios lo advierten), los perifoneros pondrán más histeria en su intento de descalificar todo.
Tras querer huir con lo de ¡Deporte, papá!, Peña llamó a una “cumbre”, en la que la presencia principal será la del póra vengador de don Lalo.