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Con cada quemazón, las reservas y los campos quedan destruidos y muestran una imagen de mucha tristeza.
Las autoridades competentes deben empezar a tener mano dura con los pirómanos porque lamentablemente este mal de incendios se da con frecuencia a causa de ellos.
El capitán de bomberos Ray Mendoza resaltó que a nivel nacional ya tenemos contabilizados 401 incendios y dijo que la mayoría son accidentes que fueron provocados por personas que no miden las consecuencias de sus actos.
En esta última semana que pasó, se tuvieron incendios de pastizales en Arroyos y Esteros, Ypacaraí y en la compañía Tarumandy de Luque.
En la ruta que conduce a San Bernardino se pudo observar una humareda a lo largo de 3 km, que provocó incluso el cierre de la vía hacia la ciudad veraniega debido a la dificultad que se tenía para el desplazamiento de los automovilistas. Más de 11 unidades de bomberos tuvieron que unirse para sofocar el fuego en esa zona.
Tras dos horas de arduo trabajo, el percance finalmente fue controlado. No se tuvieron heridos ni daños materiales, pero una vez más se reflejó la irresponsabilidad de las personas, porque se pudo corroborar que el incendio fue por la quemazón de residuos que realizó alguna persona. ¿Hasta cuándo tendremos este tipo de situaciones?
Los bomberos nacionales y las autoridades del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) ya no saben cómo explicar lo importante que es tomar las precauciones.
Según la estadística, en este 2025, ya se duplicaron los reportes de incendios del 2024, que en esta época llegaban a 250 incendios.
Aún estamos a tiempo de ver la realidad y tratar de respetar las indicaciones que nos dan los expertos para evitar desgracias.
Las altas temperaturas, la quema de basura y el viento no son una buena combinación. Aprendamos a evitar problemas, hay que entender que no tenemos un sistema de rescate con buena infraestructura que pueda abastecer tantos incendios. Hay que entender que también hay daños ambientales que son irreversibles.
Si bien nuestros bomberos hacen lo que pueden con lo que tienen, hay que reconocer que necesitan más apoyo en equipos para combatir los incendios. En tanto, los pirómanos merecen su castigo.
