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Marta es la jefa del partido onegecero en Paraguay, y es la que fija el discurso de la oposición autodenominada “democrática”. Su poder allí es enorme porque, según lo publicado tras la aparición de la Bicameral sobre Lavado, al menos una parte del dinero del partido onegecero norteamericano lo administra ella.
Ahora se les estará borrando la sonrisa a los amigos mencionados al principio: A eso de las diez y media de la mañana del pasado miércoles 4 de diciembre de 2024, Radio Primero de Marzo, la 780 AM, entrevistó a Marta y en ese momento ella aclaró que el informe que sobre nuestro Paraguay dio a conocer el Departamento de Estado de Estados Unidos lo articuló ella.
Admito que me sorprendió también a mí, porque cuando me tocó leer el informe lo que pude ver fue que “Semillas para la Democracia” es una entidad a la que la embajada de EE.UU. recurre para hablar de la corrupción en nuestro país. Jamás se me habría ocurrido que el informe lo articuló Marta, porque eso, aunque confirma todo lo que yo venía diciendo en base a otras evidencias, muestra a qué nivel llegó.
Marta puede, nada menos, que poner en boca del gobierno de Estados Unidos lo que ella piensa de nuestro Paraguay. Lo aclaró ella en la entrevista mencionada, no lo dije yo. Creo que nadie se animaría ahora a reírse cuando digo que es la jefa.
Marta dirige su inmenso poder con discreción y sigilo. La red de periodistas que le dispensan amistad y oídos es muy importante y le permite el impacto mediático sin igual que tiene el partido onegecero. Está trabajando en silenciar a quienes se atrevan a cuestionar su discurso mediante acuerdos “contra la desinformación” con el TSJE, por ejemplo, con otras ONG. “El Surtidor”, “La Precisa”, “Latitud 25″ mueven su “influencia” en redes sociales.
El partido onegecero controla al Ministerio Público, tiene abrazada a la Corte Suprema, tiene botas en la Policía Nacional, no hay ministerio ni repartición del Estado en que no tenga injerencia, aunque ha tenido rotundo éxito en acusar a otros de copar las instituciones.
Y está desarrollando una ofensiva sin precedentes contra el Congreso más legítimo de toda nuestra historia para reivindicar el retroceso que propone a las listas sábana, porque el desbloqueo le redujo las chances de reponer en el Poder Legislativo a todos los calzonudos titulados que controlaba y que quiere presentar como grandes parlamentarios que nos impusieron, entre otras bazofias, la derogación fáctica de los Artículos 17 y 26 de nuestra Constitución con “leyes” como la 1600 y la 5777.