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La colorida visita de miles de turistas argentinos y brasileños que llegaron hasta Asunción para ver a sus equipos Racing y Cruzeiro en la final de la Copa Sudamericana me hizo rememorar un viaje a México de hace tiempo. ¿Qué tiene que ver? Bueno, lo explico.
Un viaje se volvió la excusa perfecta para visitar a unos amigos. Fue así que experimentamos una vivencia “histórica”, pero no por lo que hicimos nosotros, que solo nos divertimos, sino porque la experiencia estaba relacionada con la historia de la ciudad.
Me gustaría explicar mejor, en el centro histórico de Puebla, la ciudad que visitamos, se encontraban unos jóvenes invitando a ver un espectáculo callejero que incluía a historiadores, vestuaristas, actores y directores de teatro, entre otros. La atmósfera era la típica de ese país que celebra varias fiestas de manera particular.
Vimos algo parecido a lo que hacen de manera brillante también aquí varias personas en el cementerio de la Recoleta, aunque sin mucho apoyo. Acompañando al grupo, uno va presenciando los capítulos que marcaron esas calles, esos balcones antiguos. Los relatos van tomando forma cuando los actores comienzan a aparecer en medio de la gente, ataviados con sus ropas de época y comentando a su manera los hitos de la historia de su país y su ciudad.
Resulta que en esas antiguas calles se vivieron momentos difíciles de pestes, muertes icónicas, traición y algarabía, en esos antiguos callejones se reunían los próceres de la historia mexicana y muy cerca de allí escuchamos a la Llorona, quien con gritos desgarradores rogaba por sus hijos.
Cada uno de esos capítulos era un deleite, los niños se sentían parte de los relatos y guardarán esos recuerdos de manera muy particular, de seguro. Qué gran manera de incentivar el turismo y de aprovechar realmente el gran número de turistas que llegan en fechas especiales a su ciudad.
Si bien muchos de los turistas que visitan Asunción agradecieron la hospitalidad, las refrescantes mangueras de los vecinos y muchos van regresando contentos, la sensación que queda es que estas oportunidades en gran parte se desperdician y que hay mucho por mostrar de nuestro país.
¿Podemos hacer más para Mundial 2030? Ojalá, así sea.