Herramienta del bien común

Sin dudas, uno de los capítulos más interesantes y esclarecedores de la realidad nacional durante la Bienal Católica 2024 que se desarrolló aquí y concluyó el domingo pasado fue el correspondiente al foro de jóvenes universitarios.

Este artículo tiene 1 año de antigüedad

Tanto los estudiantes que participaron como panelistas como los avezados políticos que compartieron la tarima coincidieron en señalar que padecemos una democracia de muy baja calidad, y que la política -yo diría los actores políticos que intervienen a través de los partidos políticos- tiene grandes deudas con la sociedad paraguaya.

Inequidad, injusticia, precaria educación, exclusión, falta de oportunidades, son algunos de los aspectos de una dura e indignante realidad que nos toca vivir a diario. Gozamos de cierta libertad, uno de los atributos de la democracia, pero al decir de la senadora Blanca Ovelar, una de las panelistas, de nada sirve la libertad para aquel que vive siempre excluido, sin el más mínimo derecho de ejercer su dignidad.

Esa es la impronta en un país donde la concentración del poder y los recursos en unos pocos “que saca la dignidad a ese excluido y lo hace votar por cien mil guaraníes a cualquiera”, al decir de la parlamentaria.

En ese indignante clientelismo fundado en la miseria material y moral, adquirimos el rango de remedo de sociedad. Un revoltijo de individuos sometidos a los vaivenes y juegos de intereses de claques dominantes en creciente y alarmante maridaje con el crimen organizado.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Hoy existe en el Paraguay un problema que es el “transfuguismo político”, alertó a su turno el senador Rafael Filizzola, señalando a quien llega al poder en representación de un partido y luego se vende a otro, traicionando la confianza de sus electores. Pero hay otro problema todavía más grave: el dinero de la corrupción y del crimen organizado que alimenta las redes clientelares instaladas en nuestro país y que puede terminar cooptando el Estado.

Detrás de este panorama negro y desalentador, sin embargo, se vislumbra un resplandor de esperanza cuando desde un foro de estudiantes se instala este tipo de discusiones. Es de esperar, sin embargo, que no termine en meras exposiciones de foro.

Necesitamos trasladar el debate a todos los ámbitos de la sociedad. Educar cívicamente en las escuelas, en las rondas de tereré -como se dijo ahí- y en todos los espacios posibles. Necesitamos que la política recupere su papel de herramienta al servicio del bien común, y deje de ser instrumento de los predadores de la política.

jaroa@abc.com.py

Enlance copiado