Hambre...¿de qué?

La media sanción al proyecto de Ley “Hambre Cero en las Escuelas” confirma que el Gobierno y los legisladores cartistas que lo impulsan, tienen hambre, mucha hambre, pero no precisamente de comida, como la que urgen los niños, sino hambre de dinero, de poder, mientras intentan saciar también su sed... de venganza.

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Si se tiene en cuenta el debate de los últimos días y el modo en que los diputados cartistas se pasaron por el forro las recomendaciones de médicos y otros expertos en la materia, se puede concluir que con la Ley Hambre Cero la intención real del Gobierno es lucrar y asegurar que ese dinero sea para su círculo cercano. No están remotamente interesados en la nutrición de los niños en las escuelas.

Entre otros, dos hechos son evidencia. El primero, que el Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conaes) esté integrado por Opaci (Organización Paraguaya de Cooperación Intermunicipal), oenegé de intendentes dedicada a cobrarnos por los registros de conducir; pero no aceptaron incluir al Ministerio de Salud, responsable de las políticas de salud nutricional de la población; ni a las sociedades médicas ni a las científicas.

Lo segundo es que a partir de la Ley, todas las gobernaciones recibirán fondos para almuerzo escolar, salvo Central y Presidente Hayes, a cargo actualmente de políticos opositores a los cartistas. No solo con la Fiscalía y el Poder Judicial persiguen a quienes piensan distintos, también lo hacen en las cámaras de Senadores y Diputados.

Es una vergüenza que el ministro de Educación, Luis Ramírez, respalde el proyecto de Ley como lo presentaron. Y que, justificándolo, haya argumentado que entre las modernas teorías en nutrición, hay una que propugna el ayuno intermitente. Y es que, incluso cuando las sociedades médicas insisten en lo contrario, “Hambre Cero” se centra en el almuerzo y elimina la merienda escolar, según el mismo ministro había informado.

Hubo quien dijo que los miembros del gobierno se creen todos papás del Asa. Y eso parece, a juzgar por sus decisiones. Al destinar Fonacide a su proyecto, quiero verles garantizar el Arancel Cero de una Fuente 10 de la que, nos dicen, no da para más, vacía para la compra de medicamentos que urgen, con presupuesto cero para infraestructura de escuelas, pero siempre disponible para mantener “nepobabies”.

Nada importa, tienen su “aplanadora cartista” para imponer su voluntad, incluso aplastando el derecho a la alimentación y a la equidad de niños y niñas, pese a las advertencias de las sociedades científicas. Pero qué importan los científicos en un país donde la decisión viene de un “quincho”.

Usan al Congreso como garrote, al igual que están usando a la “Justicia”. Cuidadito con oponerse al cuadradismo, que avanza a toda máquina. No sé cómo estaremos dentro de cinco años pero, me da escalofríos pensarlo. No les importa la calidad de vida ni la educación de los niños. Es su hambre de poder lo que los impulsa y no sé si lograremos frenarlos a tiempo.

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