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Esta modalidad se implementó en medio de la precariedad y el MEC nunca se preocupó y mucho menos se ocupó para mejorar las infraestructuras en las diferentes casas de estudios de todo el país que, en su mayoría, se caen a pedazos.
Una de las principales condiciones para que la doble escolaridad funcione es la provisión del almuerzo escolar a los estudiantes, pero también fue un fracaso desde la misma implementación de la ley de Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide).
Las escuelas no tienen comedor. Bueno... si no tienen almuerzo para qué quieren comedor, los pocos meses que recibían este principal alimento, los alumnos comían en sus salas de clases, en medio de sus útiles.
En el 2016, el Gobierno obtuvo un préstamo de 20 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para implementar el programa de Jornada Escolar Extendida (JEE) en todo el país, y ahora anuncian que todo queda sin efecto, porque no existen las condiciones adecuadas para que esta modalidad progrese.
Ahora, el Gobierno impulsa la aprobación de la ley “Hambre cero” en todas las escuelas públicas, pero, ¿cuál es la verdadera intención? porque evidentemente no es llevar un buen alimento a los niños de escasos recursos, sino porque se abrió la pelea de quién manejará el dinero.
Para que la educación pueda progresar en nuestro país se debe imponer primeramente “Corrupción cero” y solo así se podrá obtener “Hambre cero”, pero no solo en las escuelas sino en las mismas casas de miles de compatriotas que no comen por culpa de los políticos corruptos.
Es hora de dejar las improvisaciones y trabajar en serio por la educación y la formación integral de nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Este país necesita de gente con valores y libres de todo tipo de corrupción.