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Algunos políticos quieren parecerse a los Reyes Magos. Cuando realizan sus campañas proselitistas llevan regalos por todas partes y reparten promesas. Según sus discursos, nada será imposible llevar a cabo y con ellos en el gobierno, viviremos en el país de las maravillas. Lo peor de todo es que la gente vuelve a votar por estos personajes, una y otra vez y muy pronto se decepciona nuevamente de sus candidatos. Así sucede siempre, y quienes debemos cambiar somos nosotros los ciudadanos, no los políticos. Cambiar de mentalidad, de actitud, de la manera de pensar y actuar. Convertirnos en ciudadanos críticos y responsables, con capacidad de elegir. No guiarnos por fanatismos ni colores. Ni promesas engañosas. Alguna vez tenemos que aprender a separar la paja del trigo y hacer una selección que valga la pena para el futuro.
La deuda que los políticos tienen con la niñez es enorme. Todavía se observan niños en situación de calle. Sobre todo criaturas de pueblos originarios que ponen en riesgos sus vidas en distintas arterias de la capital y en áreas metropolitanas pidiendo limosnas. Esto es inadmisible en una sociedad que debe cuidar a sus niños y más si son indígenas. Tantas Organizaciones no gubernamentales o fundaciones que se crean supuestamente para defenderlos y nada hacen al respecto. El Ministerio de la Niñez debe desaparecer porque con bombos y platillos anuncian programas a favor y nada hace en ese sentido. Hay criaturas violadas, hay maltratos, pedofilias y pornografía infantil, y tampoco trabajan. Se les paga en vano. Son parásitos y haraganes.
La CODENI es una consejería que no sirve para nada como las fiscalas, jueces y defensoras de la Niñez. Desde que se crearon tantas entidades que agrandan el Estado y que nos cuesta mucha plata, la situación de la niñez es peor. Comenzamos con la educación que es paupérrima y seguimos con la salud que es un desastre. Los niños no tienen una nutrición correcta ni espacios de entretenimientos para practicar arte o deporte. El estado está ausente para sus niños. Y esto no se cubre con un regalito el día de Reyes Magos o con un pan dulce en Navidad.
Claro, los políticos están ocupados en otra cosa. Están dedicados a meter rápidamente a sus allegados en las principales instituciones públicas con jugosos salarios. Itaipú, Yacyretá, diputados, senadores, Justicia Electoral, Poder Judicial, ministerios, municipalidades y gobernaciones. Llevan a toda la familias, los amigos, las amantes y los compadres. Dios mío, que rico es este Paraguay para dar de comer a tantos zánganos. Y eso que ellos no viven de sus sueldos, sino de lo que entra bajo la mesa, Las coimas por compras y ventas al Estado. Los bienes y servicios al Estado.
Este feroz negociado de hacer rutas, construir edificios, vender útiles, remedios, papel higiénico y todo cuanto puedas imaginarte. Puro negocio redondo. Nada tiene que durar para que rápido se vuelva a comprar. Y así nos va. Hasta cuándo tendrá paciencia este pueblo?. Hay que hablar, discutir y quejarse. Alguna vez se escucharán nuestras voces. No hay que cansarse. Por suerte, el pueblo ya no les cree. Ya no espera a los Reyes Magos.