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En efecto, la contundente victoria de Milei (56%, frente al 44% logrado por Sergio Massa) es un fenómeno prodigioso porque supone, por primera vez en la historia, la elección de un presidente liberal libertario, no solo en ideas, sino en todo su programa electoral: “Quiero ser muy claro con algo: el modelo de la decadencia ha terminado, no hay vuelta atrás. Basta con el modelo empobrecedor de la casta: de ser primera potencia mundial, hemos pasado a ser el país 130 del mundo, con un 50% de argentinos que vive en la pobreza y 10% de indigentes. Hoy abrazamos las ideas de la libertad para volver a ser una potencia… Hoy es una noche histórica, no por nosotros, sino porque se ha terminado una forma de hacer política y comienza otra. Hoy comienza la reconstrucción de Argentina”.
Una de las escenas más impactantes de la noche fue ver las calles de muchas ciudades de Argentina llenas de familias con niños y jóvenes celebrando la victoria al grito de “¡libertad, libertad, libertad!”. En la ciudad de Córdoba, un padre de familia, en pleno directo televisivo, dijo: “Hemos votado a Milei cansados de la decadencia de nuestro país. Pero no es suficiente el voto para el cambio. Ahora comienza lo más difícil. Porque en todos estos años de pobreza y miseria, los sindicatos parece que no tenían motivos para salir a la calle y protestar contra las políticas de los gobiernos que nos empobrecían. Pero seguro que en cuanto Milei tome las primeras decisiones, sorprendentemente encontrarán, de repente, motivos para paralizar al país y el cambio. No lo podemos permitir. Tenemos que apoyar al presidente con el voto y en la calle. ¡Viva la libertad, carajo!”.
Otro punto positivo de la noche fue el llamado a la unidad que hizo Milei en un tono sosegado y conciliador: “Quiero decirle a todos los argentinos y a todos los dirigentes políticos, que todos aquellos que quieran sumarse a la nueva Argentina, serán bienvenidos. No importa de donde vengan, no importa que hayan hecho antes, no importa qué diferencias tengamos. Estoy seguro de que es más importante lo que nos une que lo que nos separa. Porque esto es lo que va a hacer que pongamos de pie a la patria y volvamos a ser una potencia. Siempre que quieran sumarse al cambio que la Argentina necesita, serán bienvenidos”.
Entre las reacciones a la victoria de Milei, merece mención especial la diplomacia del presidente de Brasil, Lula da Silva, que, a pesar de sus grandes diferencias ideológicas con Milei, fue de los primeros en felicitar al pueblo argentino y a su democracia, aunque se cuidó mucho de no pronunciar ni escribir el nombre de Milei en su mensaje en las redes sociales. Lamentables fueron los tuits del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo y Economía Social, que coincidieron en juzgar el resultado electoral como muy triste y manifestando que la solución a los problemas sociales no puede venir de las ideas liberales. Por su parte, el presidente Santi Peña estuvo mucho más acertado y correcto, logrando un necesario equilibrio: “Saludo en nombre de todo el pueblo paraguayo al pueblo hermano argentino, por una ejemplar jornada electoral. Felicito a @JMilei por su victoria y ofrezco la mano cordial y fraternal del Paraguay para fortalecer las relaciones entre nuestros países. Al gran pueblo argentino ¡salud!”.
En los meses pasados, a todos los que me han manifestado un gran miedo al cambio que supone Milei, siempre he argumentado que Argentina necesita cambios estructurales que no se pueden lograr con cambalaches o alteraciones menores, y menos aún continuando el modelo socialista, que ha sido una de las causas principales de todos los problemas que tiene hoy la Argentina. Coincido totalmente con la visión de Milei: “Si no hacemos los cambios profundos que la Argentina necesita, nos abocamos a la peor crisis de nuestra historia. Nuestro compromiso es con la democracia, con el comercio libre y con la paz. Vamos a trabajar codo a codo con todas las naciones del mundo libre para construir un mundo mejor. Hoy es una noche histórica porque se ha terminado una forma de hacer política y comienza otra. A los argentinos quiero decirles que a pesar de los problemas enormes que tiene el país, de lo sombrío que parece este momento, Argentina tiene futuro, pero este futuro, que existe, es liberal”.
Todo lo sucedido en torno a esta histórica elección me ha llevado a pensar en la siguiente hipótesis: Milei es una prueba contundente de que Dios nunca abandona a la humanidad y que ama, por encima de todo, la libertad humana. Dios no quiere esclavos, sino seres libres. De hecho, en el origen del mundo y de todo lo creado, está una conciencia, pero no una conciencia cualquiera, sino una conciencia libre que, a su vez, genera libertades, es decir, es una conciencia creativa. Por eso la libertad siempre ha sido creadora y el mundo moderno supo darle un positivo cauce a este potencial, a través de la defensa de los derechos humanos, la abolición de la esclavitud, la libertad religiosa o la libertad civil frente al Estado, el surgimiento de sistemas democráticos constitucionales con profundos principios éticos en sus orígenes.
Por eso confío completamente en Milei, no tanto por la persona, ya que todo ser humano es susceptible de equivocarse y de decepcionarte, incluso sin maldad. Por el contrario, confío en Milei por lo que representa. Estoy convencido de que sabrá despertar todo el potencial creativo de la libertad que hay en los argentinos y acabará con la esclavitud socialista que, a través del engaño de la justicia social, ha sumido a un país enormemente rico en el caos, la pobreza, la inseguridad, la indigencia, la injusticia y, sobre todo, en la vergüenza y el miedo así mismo. Es el momento de la esperanza, la virtud que posibilita la grandeza. Sobre todo en tiempos difíciles y dolorosos, necesitamos de una esperanza que haga superar el momento presente e ir más allá de nuestras circunstancias.
*Presidente de NLG @nuevalibertadygobierno