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En el Paraguay somos muy supersticiosos. Creemos en cualquier aguería, mitos, cuentos y leyendas. Aunque esta creencia proviene de la mitología griega, no hemos dudado para insertar en nuestras creencias. Así como creemos en el pombero, en el kurupi, el luisón y el yasy yatere, creemos en el martes 13. Países como España, Cuba, Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, también temen a esta fecha.
La religión Judeocristiana sostiene que la última cena de Jesucristo estaba conformada por 13 personas. Doce apóstoles y Jesús. Judas es considerado el número 13 por traicionar al maestro. Además, en el Capítulo 13 del Apocalipsis habla de la venida del anticristo. Por su parte, la Kabbalah señala 13 espíritus malignos que acechan a la humanidad.
EL Arcano número 13 del tarot es la muerte que en su sentido oculto representa la transformación. Es un mero paso al siguiente nivel. Tiene que morir algo para que nazca lo distinto y nuevo. En el calendario lunar anual, en el último mes, el 13, es cuando se produce la muerte del sol, el solsticio de invierno. En culturas que defienden la idea de un proceso cíclico de la vida en el que continuamente se nace y se muere no supone ningún problema que el sol muera, puesto que al día siguiente volverá a brillar.
Después de todo, se trata solo de un mito que no tiene sustento científico. Dependerá de cada persona pasarlo como un día más, sin sobresaltos o evitar, con máximo cuidado, caer en dificultades o tener problemas. Todo depende de la actitud o la energía que pones. El poder del pensamiento siempre es lo más grande que existe. Es lo que define el día a día.
Augusto Roa Bastos dijo que el infortunio se enamoró del Paraguay y Helio Vera dice en su libro póstumo: “El país de la sopa dura” que el Obispo Cárdenas cuando fue expulsado en 1644 lanzó una maldición a estas tierras. Los jesuitas hicieron lo mismo y a esas reacciones de mala onda, atribuye la crisis profunda y permanente en que estamos sumidos.. Sin poder salir nunca del pozo.
Los políticos que llegan al poder siempre son optimistas. Prometen resolver todos los problemas. El pueblo a pesar de ser devoto de la Virgen de Caacupé, no cree en soluciones milagrosas, más todavía con la experiencia de que quienes llegan al poder, más bien se apoderan de los bienes públicos, antes que trabajar por el bien común.
Karma o destino, es hora de realizar un análisis realista de porqué estamos así como estamos. Sencillamente porque tenemos políticos y gobernantes corruptos que solo piensan enriquecerse con el dinero del pueblo y no les interesa la salud, la educación, la seguridad o nuestra calidad de vida. Tenemos que usar la cabeza y participar activamente como ciudadanos conscientes y responsables para exigir cuentas claras a quienes dejan el poder y a los otros que son nuevos. Inclusive a los que se reciclan cada cinco años, vaya a saber, recurriendo a que inexplicables métodos.